LA CRISIS DE LOS REHENES

McFarlane se ofreció como rehén, según Rafsanyani

Robert McFarlane, de 49 años, ex consejero de seguridad nacional de Ronald Reagan, se ofreció a sí mismo y a nueve de sus colaboradores que viajaron con él a Irán como rehenes del régimen islámico a cambio de que éste lograra la liberación de los secuestrados norteamericanos en Líbano, según afirma el presidente del Parlamento de Teherán, Alí Akbar Hashemi Rafsanyani, en unas declaraciones recogidas ayer por el periódico República Islámica. McFarlane, considerado como el arquitecto del Irangate, el escándalo que está ensombreciendo la etapa final de la presidencia de Reagan, se encontraba ayer...

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Robert McFarlane, de 49 años, ex consejero de seguridad nacional de Ronald Reagan, se ofreció a sí mismo y a nueve de sus colaboradores que viajaron con él a Irán como rehenes del régimen islámico a cambio de que éste lograra la liberación de los secuestrados norteamericanos en Líbano, según afirma el presidente del Parlamento de Teherán, Alí Akbar Hashemi Rafsanyani, en unas declaraciones recogidas ayer por el periódico República Islámica. McFarlane, considerado como el arquitecto del Irangate, el escándalo que está ensombreciendo la etapa final de la presidencia de Reagan, se encontraba ayer "en buen estado de ánimo", según sus allegados, después de intentar suicidarse con Valium el pasado lunes.

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"Seremos sus rehenes aquí y ustedes les dirán [a los grupos extremistas proiraníes] que liberen a los rehenes en Líbano", propuso McFarlane a Rafsanyani, según éste. La respuesta del presidente del Parlamento de Teherán, afirma República Islámica, fue la siguiente: "No somos secuestradores; eso no es lo que hace un Gobierno".El ex consejero de Seguridad Nacional viajó en secreto a la capital iraní, en mayo y octubre del año pasado, con la intención de negociar la puesta en libertad de los rehenes y de mejorar las relaciones con los sectores moderados del régimen islámico con vistas a la sucesión del imam Jomeini, que tiene 86 años.

Rafsanyam mantiene ahora que EE UU sigue proponiendo -un "diálogo directo" con Irán. El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y portavoces de su departamento y de la Casa Blanca calificaron ayer de "absurdas" y "ridículas" las afirmaciones del presidente del Parlamento iraní de que un intermediario facilitó un número de teléfono para hablar directamente con Reagan.

Entretanto, McFarlane se recuperaba ayer de su intento de suicidio y se encontraba "en buen estado de ánimo", según sus allegados. Amigos del ex consejero de Reagan aseguran que prestará testimonio sobre su participación en el Irangate en cuanto se recupere, y que el motivo por el que atentó contra su vida fue el sentimiento de no haber cumplido con los principios que se había autoimpuesto.

La comisión Tower, nombrada por la Casa Blanca para investigar el escándalo, ha pedido una semana más para preparar sus conclusiones, al disponer de "nuevas informaciones". La comisión ha encontrado datos que ligan al Consejo de Seguridad Nacional con esfuerzos privados para ayudar a la contra en un período en el que tales actividades eran ilegales. Según The New York Times, este hecho ha sido descubierto también ,por comités del Congreso.

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"Crisis estratégica"

Shultz dijo precisamente ayer en Nueva Orleans que la ayuda a la contra es imprescindible sí EE UU quiere evitar verse en Centroamérica, dentro de unos años, ante una "crisis estratégica" frente a la URSS. Shultz dejó abierta la puerta para una eventual intervención directa en Nicaragua que impida que Moscú tenga una segunda Cuba. "Apoyando a los nicaragüenses que luchan por su libertad", dijo, "podemos evitar que EE UU se vea directamente involucrado militarmente".

Al goteo de noticias escándalo vino a sumarse el miércoles la revelación Shultz y Reagan tuvieron un agrio enfrentamiento verbal el 20 de noviembre, cuando el secretarlo de Estado supo que el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), William Casey, se proponía mentir en su declaración ante el Senado sobre la venta de armas a Irán. Según The New York Times y The Washington Post,- Casey iba a negar que los responsables norteamericanos conocían que Israel fuese a enviar días antes misiles antiaéreos a Irán. Casey, al parecer, iba a decir que Reagan y sus más próximos colaboradores pensaban que el envío iba a ser de material de prospección petrolífera. Shultz se opuso a este testimonio porque "no resistiría un examen".

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