UGT y CEOE dan por cerrada cualquier posibilidad para un acuerdo en 1987

UGT y CEOE dieron ayer por cerradas definitivamente las negociaciones para un posible acuerdo interconfederal en 1987. Los desesperados esfuerzos realizados durante todo el día y la noche de ayer entre Apolinar Rodríguez, secretario de acción sindical de UGT, y Juan Jiménez Aguilar, secretario general de la CEOE, en un hotel madrileño desembocaron en el fracaso. La banda salarial fue el escollo insalvable que impidió el pacto. La negociación colectiva se moverá en 1987 entre el 7% que pide UGT y el 8% de CC OO. La CEOE ofrece un 5%.

Apolinar Rodríguez anunció ayer de forma oficial q...

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UGT y CEOE dieron ayer por cerradas definitivamente las negociaciones para un posible acuerdo interconfederal en 1987. Los desesperados esfuerzos realizados durante todo el día y la noche de ayer entre Apolinar Rodríguez, secretario de acción sindical de UGT, y Juan Jiménez Aguilar, secretario general de la CEOE, en un hotel madrileño desembocaron en el fracaso. La banda salarial fue el escollo insalvable que impidió el pacto. La negociación colectiva se moverá en 1987 entre el 7% que pide UGT y el 8% de CC OO. La CEOE ofrece un 5%.

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Apolinar Rodríguez anunció ayer de forma oficial que UGT daba por cerrada cualquier posibilidad de entendimiento con los representantes empresariales. "No habrá acuerdo interconfederal. Y eso no es ningún drama", aclaró. "No lo hubo en 1984 y no lo habrá en 1986. Pero no significa que renunciemos a la política de concertación que UGT ha venido defendiendo en estos últimos años".El secretario de acción sindical de UGT reconoció que en los últimos días había habido contactos secretos entre las dos organizaciones y que en el día y la noche del jueves las conversaciones habían adquirido un ritmo febril, sin resultado alguno. UGT planteó a la CEOE como punto inamovible que cualquier acuerdo tendría que recoger una banda salarial entre el 5% y el 7%. La central socialista justificaba su propuesta en que en un período de recuperación económica los trabajadores tenían que gozar también de esa recuperación y mejorar su poder adquisitivo.

El propio Nicolás Redondo había comentado con cierta sorna que "si aceptamos una subida del 5%, los sindicatos tendríamos que echar a correr detrás de los huelguistas". Era una forma gráfica de expresar que, en esta ocasión UGT podía verse en la más triste soledad defendiendo reivindicaciones que no compartirían las bases obraras.

En el análisis de UGT influyeron además otros factores. Y si era cierto que la falta de acuerdo en 1984 se tradujo en una pérdida de poder adquisitivo, todo parecía indicar que esa situación no va repetirse en 1987. Los primeros convenios firmados han girado en torno al 7% y la negociación colectiva -mantiene UQT- tiende a moverse dentro de la euforia de unos comités de empresa recién constituídos Aceptar el 5% es, para UGT aceptar públicamente que el sindicato sigue fielmente las consignas del Gobierno, expresadas por Carlos Solchaga.

Fuentes de UGT admiten que en el momento en que el ministro de Economía hizo público que el 5% debía ser el punto medio de la banda, firmó la sentencia de muerte del acuerdo. La central socialista no podía asumir unas indicaciones que se asemejaban demasiado a una orden.

Graves diferencias

La propuesta de UGT para un hipotético pacto social -que tradicionalmente ha girado casi exclusivamente en torno a los salarios- chocaba no sólo con los criterios de la CEOE, sino con los del Gobierno. Los dirigentes empresariales expusieron a UGT su situación: la CEOE compartía la opinión del Gobierno -más cuando como en este caso se había expresado de forma tan clara- y no podían admitir una banda salarial que no tuviera en su punto medio el 5%.

Juan Jiménez Aguilar argumentó en un momento de las conversaciones que "al fin y al cabo, un número importante de dirigentes de UGT son parlamentarios y votaron afirmativamente los Presupuestos Generales del Estado que recogen un 5% para los funcionarios y las empresas públicas. A ver cómo se justifica eso".

Apolinar Rodríguez afirmó ayer que "las diferencias, al final, eran mayores de lo que se ha dicho. Y el acuerdo, por tanto, era prácticamente imposible".

No descartó, sin embargo, que pudieran abordarse otros acuerdos con la CEOE, como un sistema de mediación y arbitraje o la reforma de las ordenanzas laborales. Pero la negociación colectiva se llevará de forma individualizada o, como mucho, sectorial. Una negociación en la que UGT irá junto a CC OO.

Ayer por la mañana el sindicato socialista había recibido una carta de Marcelino Camacho proponiendo una reunión al más alto nivel para unificar criterios. Apolinar Rodríguez comentó que "no se trata de tener contactos a niveles más altos, porque los que hasta ahora hemos mantenido son suficientes para la unidad de acción".

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