El Salvador, paralizado por una huelga empresarial contra Duarte

El paro empresarial convocado por la iniciativa privada salvadoreña "en repudio de las medidas económicas del Gobierno del presidente José Napoleón Duarte" fue seguido el pasado jueves en un 97% por ciento, según sus organizadores. La capital salvadoreña y las principales ciudades del interior del país permanecieron a lo largo del día paralizadas casi en su totalidad.A excepción de unos pocos vendedores ambulantes y pequeños negocios que optaron por abrir, el resto de empresas, incluyendo las plantas industriales, el comercio, los servicios y aun las emisoras, periódicos y televisión estuviero...

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El paro empresarial convocado por la iniciativa privada salvadoreña "en repudio de las medidas económicas del Gobierno del presidente José Napoleón Duarte" fue seguido el pasado jueves en un 97% por ciento, según sus organizadores. La capital salvadoreña y las principales ciudades del interior del país permanecieron a lo largo del día paralizadas casi en su totalidad.A excepción de unos pocos vendedores ambulantes y pequeños negocios que optaron por abrir, el resto de empresas, incluyendo las plantas industriales, el comercio, los servicios y aun las emisoras, periódicos y televisión estuvieron cerrados.

Los dirigentes de las patronales mostraron, durante una conferencia de prensa ofrecida al finalizar la jornada, su satisfacción por los resultados del paro y su optimismo ante la posibilidad de generar de inmediato otras medidas de presión. "Realmente estamos hablando en serio", dijo en tono de amenaza el acaudalado comerciante Víctor Steiner, portavoz de toda la empresa privada salvadoreña. "SI la situación lo demanda llegaremos al paro indefinido", agregó.

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El dirigente dejó claro lo que la poderosa patronal desea: "O el Gobierno cambia de rumbo en su política económica o el ingeniero [Napoleón] Duarte debe renunciar", sentenció Steiner.

El presidente salvadoreño, por su parte, y como ya lo había anunciado, tomó el paro empresarial como un desafío, como una "mediación de fuerzas", según sus propias palabras. Así, Duarte salió a la calle. Fue a los mercados y, rodeado de fieles correligionarios democristianos, acusó a la extrema derecha" de estar cometiendo un "crimen histórico", pues con medidas como el paro, dijo, estaban "entregando el país a la extrema izquierda".

La izquierda, por su parte, apoyó indirectamente el paro de los empresarios. Ayer, y por segundo día consecutivo, se desarrolló el boicoteo al transporte por carreteras por parte del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN). Con esto consiguieron que la mayoría de las vías de tránsito permanecieran vacías.

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La guerra de los impuestos

Formalmente, el paro se planteó como una protesta ante el paquete de impuestos recientemente aprobado por el Parlamento, dominado por los democristianos. Se incluye un impuesto llamado de guerra, porque está destinado a financiar parte de los gastos que consume la lucha contra el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), y que será pagado por quienes tengan activos superiores a 20.000 dólares (unos 2.600.000 pesetas).Pero la protesta por los impuestos es sólo una pantalla. Los mismos empresarios dijeron el miércoles que lo que realmente desean es "un cambio general en la política económica del Gobierno". Y si para esto se necesita que el presidente deje su cargo, los empresarios están de acuerdo con tal salida, que abriría el camino a un candidato más cercano a sus posiciones.

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