Los méritos, y no la antiguedad, serán el factor determinante para el ascenso de los militares

El Ministerio de Defensa, dentro de los trabajos técnicos que se realizan para elaborar la ley de la Función Militar, prepara un profundo cambio del actual sistema de los, escalafones en los Ejércitos para que los méritos profesionales -y no la antigüedad, como ocurre ahora sean el factor determinante a la hora de decidir los ascensos, según afirman fuentes oficiales del departamento. Actualmente, la antigüedad es el, criterio único para los ascensos desde teniente hasta coronel. Todavía no se ha adoptado una decisión definitiva al respecto, pero se ha llegado a plantear la desaparición de los...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Ministerio de Defensa, dentro de los trabajos técnicos que se realizan para elaborar la ley de la Función Militar, prepara un profundo cambio del actual sistema de los, escalafones en los Ejércitos para que los méritos profesionales -y no la antigüedad, como ocurre ahora sean el factor determinante a la hora de decidir los ascensos, según afirman fuentes oficiales del departamento. Actualmente, la antigüedad es el, criterio único para los ascensos desde teniente hasta coronel. Todavía no se ha adoptado una decisión definitiva al respecto, pero se ha llegado a plantear la desaparición de los escalafones y, como alternativa, la modificación periódica de las escalillas militares.

Más información

Con la futura ley de la Función Pública, que previsiblemente será enviada a las Cortes antes del próximo verano, Defensa trata de determinar cuál debe ser la carrera profesional del militar en España. En la actualidad, cada promoción queda escalafonada de acuerdo con el número conseguido al término de su estancia en la respectiva academia. Al abandonar ese centro, todos los Militares son tenientes, y desde este empleo hasta el de coronel todos los ascensos se producen por un orden acorde con el número obtenido al concluir los estudios. Con este sistema hay incluso militares que, con independencia de los cursos técnicos o destinos que tengan, conocen casi con exactitud la fecha en que conseguirán sus dos o tres siguientes ascensos.

Preparación profesional

El Ministerio de Defensa trata de acabar con este sistema actual, y persigue que los méritos profesionales, la preparación técnica o los estudios que se realicen primen sobre la antigüedad a la hora de determinar los ascensos. En caso de elegirse la fórmula de la modificación periódica de las escalillas, cada año o cada dos años se ordenarán todos los miembros de cada promoción de acuerde con sus méritos y valores adquiridos a lo largo de su carrera. En Chile, por ejemplo, y desde hace muchos años, la recolocación en los escalafones es anual.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En España, los escalafones militares se publican cada año, pero las únicas correcciones son las correspondientes a los ascensos del año anterior. Todos los militares continúan apareciendo en las listas, dentro de su correspondiente promoción, en el mismo orden que consiguieron al abandonar las academias. Los escalafones de los tres ejércitos, de otro lado, siguen encabezados, tras el Rey y el ministro de Defensa, por el anterior jefe del Estado, Francisco Franco. En el de Tierra, figura también el general Moscardó -quien dirigió la defensa del Alcázar de Toledo durante la guerra civil-; y en el de la Armada, el almirante Luis Carrero Blanco, muerto en atentado de ETA en 1973.

Asimismo, la ley que prepara, Defensa incluirá la condiciones que deberán reunir los militares para, poder solicitar destinos concretos, restricción que ahora se produce en muy pocos casos.

Con esta ley, que también recogerá aspectos relativos a los derechos constitucionales de los militares y temas referidos al régimen disciplinario, se pretende a la vez unificar la carrera militar en los tres ejércitos. Ahora los ascensos y promociones se efectúan de forma diferente en cada uno de los ejércitos y, especialmente en el caso de los suboficiales, se dan casos de agravios comparativos que habitualmente favorecen a los del Ejército de Tierra, que tienen más posibilidades que en el Aire o en la Armada para alcanzar la oficialidad.

Fijar un modelo de carrera

Defensa persigue con la ley fijar un "modelo de carrera militar", de modo que los profesionales de las Fuerzas Armadas sepan qué tipo de cursos, especializaciones o destinos pueden favorecer su promoción profesional, al margen de la antigüedad, extremo que, no obstante, seguirá siendo un factor de importancia.

Además de una racionalización en los ascensos, el Ministerio de Defensa pretende que, a lo largo de su trayectoria profesional, los militares estén obligados a superar algunos filtros para alcanzar determinados grados o empleos. En el pasado, por ejemplo, ya se produjo la decisión, todavía no aplicada realmente, de dividir a los profesionales de las armas, al alcanzar el grado de comandante, entre mandos operativos y mandos logísticos o de apoyo.

Las líneas generales de la prevista reforma de la enseñanza militar también se incluirán en esta ley, según ha señalado recientemente el ministro de Defensa, Narcís Serra en una respuesta parlamentaria, si bien todavía no se descarta que en el futuro pueda elaborarse una específica ley de la Enseñanza Militar.

Dentro de las reformas previstas, serán rebajadas las edades de ascenso de los militares, especialmente en los empleos más elevados. Así, y de acuerdo con los borradores que ahora se manejan, podrá alcánzarse el grado de general con 54 años. Actualmente, y después de las rebajas de edad experimentadas en los últimos años, se asciende a general, en el mejor de los casos, con 57 o 58 años.

El hecho de que hasta ahora no haya existido un texto o referencia concreta sobre el modelo adecuado de carrera militar ha originado que algunos mandos de avanzada edad hayan expresado sus quejas. Éstas se debían a que, a lo largo de su permanencia en las Fuerzas Armadas, habían elegido habitualmente destinos que podían favorecer su historial a la hora de alcanzar los máximos grados y, sin embargo, en el momento, determinado han primado otros factores muy diversos. Según altos cargos de Defensa, la ley de la Función Militar será una, de las más importantes de la reforma emprendida en el departamento, ya que será la que más afecte a la carrera militar de los profesionales de las armas, entre los que existe gran expectación por conocer el contenido de la ley.

Ascensos lentos con exigencias mínimas

Los 66.000 militares que hoy integran las Fuerzas Armadas están sujetos a un lento régimen de ascensos, en el que las exigencias profesionales para lograr la progresión en el escalafón sonmínimas y, de hecho, están exclusivamente relacionadas con la antigüedad de permanencia en los ejércitos hasta el grado de coronel. Como términe medio, la carrera militar profesional se prolonga durante 40 años -44 en el caso de acceder al generalato- y sólo en los escalones más elevados se produce una selección que, en última instancia, la efectúa el titular de Defensa.Entre 20 y 22 años, tienen ahora los tenientes cuando abandonan las academias militares, en las que permanecen cinco años. Su salario bruto a partir de ese momento es de unas 125.000 netas, según la Memoria de la Legislatura publicada el pasado año por Defensa. Con ese grado permanecen alrededor de tres o cuatro años y, sin pruebas o exámenes especiales, ascienden a capitán, empleo cuyo salario es de unas 140.000 pesetas. En ambos casos, cuentan con complementos salariales de destino o, en unidades especiales, con suplementos de peligrosidad o riesgo.

Como capitanes, los militares permanecen entre cinco y siete años y, antes de ascender a comandantes, tienen que realizar el llamado curso interarmas. Su creación, hace sólo -cuatro años, -supuso un fuerte malestar entre los afectados. Hasta ahora, ningún capitán ha visto definitivamente truncada su carrera por la realización de ese curso, cuya superación es obligatoria para seguir ascendiendo en el Ejército.

En el grado de comandantes, cuyo salario medio es de unas 150.000 pesetas, los militares permanecen una media de ocho o nueve años, es decir, hasta, rondar los cuarenta años. Finalmente, como tenientes coroneles -165.000 pesetas- están una media de dos años y de tres como coroneles -175.000 pesetas.

Casi ninguno de los actuales militares con altas graduaciones ha pasado su carrera cumpliendo la permanencia media, en cada grado, sino que, en uno u otro momento, ha superado ampliamente la media, por lo que, cuando llega a estar en condiciones de ascender al generalato, tiene ya, como mínimo, alrededor de 57 años. Para reunir las condiciones de alcanzar el generalato, el 25% de cada promoción es seleccionada en el grado de teniente coronel para realizar el curso de ascenso a general. La institucionalización de este curso hace cuatro años también creó malestar profundo entre las promociones afectadas, ya que las anteriores no habían superado filtro alguno.

Sobre la firma

Archivado En