Decenas de familias gitanas abandonan precipitadamente sus viviendas tras producirse un crimen

Decenas de familias gitanas abandonaron precipitadamente las chabolas en las que habitaban, situadas en un descampado próximo a la zona de Chamartín, tras ser amenazadas por otra familia gitana en relación con el homicidio de María Giménez Dolla, de 44 años, que falleció el pasado día 8 de un disparo en la boca. Fernando Suárez Vargas, el hombre que convivía maritalmente con la víctima, se encuentra en paradero desconocido y es buscado por la policía.

El marido de la víctima está emparentado con las familias que han abandonado sus viviendas. La casa en la que se cometió el crimen, situa...

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Decenas de familias gitanas abandonaron precipitadamente las chabolas en las que habitaban, situadas en un descampado próximo a la zona de Chamartín, tras ser amenazadas por otra familia gitana en relación con el homicidio de María Giménez Dolla, de 44 años, que falleció el pasado día 8 de un disparo en la boca. Fernando Suárez Vargas, el hombre que convivía maritalmente con la víctima, se encuentra en paradero desconocido y es buscado por la policía.

El marido de la víctima está emparentado con las familias que han abandonado sus viviendas. La casa en la que se cometió el crimen, situada en la calle madrileña de Alfalfa, en el distrito de Tetuán, fue derribada por las excavadoras dos días después del suceso. Los vecinos de la zona recuerdan la llegada de al menos 14 coches conducidos por gitanos, que recogieron todos los enseres y muebles de la familia.El marido de la víctima se encuentra también en paradero desconocido y es buscado por la policía en relación con este suceso. Paralelamente a la huida del esposo fueron desalojadas precipitadamente al menos 20 chabolas situadas en la zona de Chamartín.

En medio del silencio que impera en el poblado gitano, algunas personas confirmaron que familiares de la mujer gitana asesinada amenazaron a los parientes del esposo, y éstos se vieron obligados a escapar con tanta prisa que en la mayor parte de los casos no pudieron llevarse ni la ropa que tenían en la vivienda.

Tras la salida de los inquilinos, que habían construido las chabolas en terrenos públicos, las casas fueron derribadas inmediatamente para evitar que volvieran a ser ocupadas. Por otra parte, la policía desmintió ayer que la pistola con la que fue asesinada María Giménez Dolla sea una de las robadas por el hijo de un policía en un cuartel de la Dehesa de la Villa.

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