Cartas al director

El débil y el estudiante

Durante estos últimos días se nos viene informando sobre las manifestaciones contra un decreto-ley en Francia y de espontáneas e intermitentes protestas estudiantiles en nuestra geografía a favor de la supresión de la selectividad y en contra de la retirada de exámenes de septiembre, algo que, como estudiante que soy, lo califico de favorable postura ante el ministerio, ya que no se puede soportar por más una situación que viene siendo arrastrada des de varios años atrás.Resulta increíble el pensar que año tras año, no tan sólo va en aumento el número de trabajadores en paro, sino que además a...

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Durante estos últimos días se nos viene informando sobre las manifestaciones contra un decreto-ley en Francia y de espontáneas e intermitentes protestas estudiantiles en nuestra geografía a favor de la supresión de la selectividad y en contra de la retirada de exámenes de septiembre, algo que, como estudiante que soy, lo califico de favorable postura ante el ministerio, ya que no se puede soportar por más una situación que viene siendo arrastrada des de varios años atrás.Resulta increíble el pensar que año tras año, no tan sólo va en aumento el número de trabajadores en paro, sino que además aparece un nuevo estilo de paro, el paro estudiantil, que se cierne sobre nuestra sociedad de forma inevitable debido a una política injusta y a la vez tercermunsita, ya que se permite el lujo mayoritario de elegir nuestros destinos y poner trabas a la educación deseada.

No conformes por la mala enseñanza, organización, injusticia en el trato y personal incompetente de nuestras universidades, se proponen llevar a cabo la retirada de los exámenes de septiembre y acrecentar aún más el fracaso escolar y, por consiguiente, la temida masifícación de aulas.

Este último problema no es fruto del pasado año o de hace dos, es una problemática de antaño, y a la cual la Administración responde con el numerus clausus, viéndose felices y con la conciencia tranquila al pensar que han elaborado un buen sistema de selección y con ello mejorar el nivel existente en aulas. Nada más lejos de la realidad.

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No sé sí se darán cuenta que estamos hablando de jóvenes que desean estudiar una carrera y terminan estudiando cosas que no les agradan; de jóvenes que se ven en la necesidad de abandonar los estudios porque, a pesar de su contra, se ven no incluidos en las listas de admisión; de jóvenes desesperanzados que buscan su primer empleo, y ante la negativa se encuentran ante las drogas y la violencia callejera.

¿Señor ministro, no le parece que ya es hora de replantearse cuál ha de ser aquella política que no excluya al débil y al estudiante de poder elegir una mejor enseñanza?

Animo a todos los estudiantes a luchar por aquello que consideramos justo y que nos pertenece. De no ser así, ellos conseguirán su propósito y nosotros veremos cómo el futuro se tambalea bajo nuestros pies.-

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