La irresistible ascensión de Joerg Haider

La gran sensación de las elecciones austriacas de ayer fue la irresistible ascensión de Joerg Haider, el joven presidente del partido liberal (FPOE), de 36 años, cuyo liberalismo está mucho más en duda que sus afinidades con la extrema derecha pangermanista. Con el logro de 19 escaños, frente a los 12 que su partido tenía en la anterior legislatura, Haider es el vencedor de unas elecciones anticipadas que él mismo había provocado con su nombramiento como jefe del partido liberal.Haider, hasta entonces jefe de los liberales en el Estado de Carintia, accedió a este puesto en un congreso celebrad...

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La gran sensación de las elecciones austriacas de ayer fue la irresistible ascensión de Joerg Haider, el joven presidente del partido liberal (FPOE), de 36 años, cuyo liberalismo está mucho más en duda que sus afinidades con la extrema derecha pangermanista. Con el logro de 19 escaños, frente a los 12 que su partido tenía en la anterior legislatura, Haider es el vencedor de unas elecciones anticipadas que él mismo había provocado con su nombramiento como jefe del partido liberal.Haider, hasta entonces jefe de los liberales en el Estado de Carintia, accedió a este puesto en un congreso celebrado en septiembre en Innsbruck, en el que una revuelta del partido derribó al hasta entonces presidente, Norbert Steger. Éste, vicecanciller en el Gobierno de coalición, había intentado, con poco acierto, acabar con la tendencia de extrema derecha que tradicionalmente ha existido en el partido.

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En el citado congreso de Innsbruck, en el que algunos miembros del FPOE llegaron a ostentar medallas recordatorias de Adolfo Hitler y cruces gamadas, la tendencia nacional desbancó definitivamente a la liberal de Steger. Esto hizo que el canciller Franz Vranitzky, jefe del Gobierno desde que su antecesor Fred Sinowatz dimitiera tras la elección de Kurt Waldheim como jefe del Estado, anunciara el fin de la coalición. Vranitzky manifestó que con un personaje como Haider a la cabeza de los liberales, los socialistas consideraban imposible la colaboración.

Haider es un joven político con cara de niño y grandes dotes para la demagogia que ha pronunciado algunas de las frases más polémicas de la historia reciente de la política austríaca. Hace un par de años calificó de "gran patriota y soldado" al criminal de guerra Walter Reder, que cumplió una larga condena en Italia por haber dirigido una vandálica ejecución de ancianos, mujeres y niños en la localidad italiana de Marzabotto, durante la II Guerra Mundial. Haider, que heredó un valle en Carintia expropiado a sus dueños legítimos durante el nacionalsocialismo por ser judíos, habla con orgullo del heroico Ejército alemán en la guerra y ha dirigido campa ñas contra las minorías no germanas en el sur de Austria.

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