España pide a la CE que cofinancie los excedentes laborales de la siderurgia

El Gobierno español negocia con la Comisión Europea la financiación, con cargo a los fondos de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA), del 50% de los costes laborales de los trabajadores excedentes de la siderurgia. España pide que esta cofinanciación tenga efectos retroactivos desde junio de 1984, si bien la Comunidad Europea (CE) no ha fijado todavía su postura. El convenio elaborado por el Ministerio de Trabajo, que deberá ser firmado el próximo mes, podría beneficiar también a los excedentes de plantilla que se produzcan en la minería del carbón si se pone en marcha el proces...

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El Gobierno español negocia con la Comisión Europea la financiación, con cargo a los fondos de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA), del 50% de los costes laborales de los trabajadores excedentes de la siderurgia. España pide que esta cofinanciación tenga efectos retroactivos desde junio de 1984, si bien la Comunidad Europea (CE) no ha fijado todavía su postura. El convenio elaborado por el Ministerio de Trabajo, que deberá ser firmado el próximo mes, podría beneficiar también a los excedentes de plantilla que se produzcan en la minería del carbón si se pone en marcha el proceso de racionalización para el sector que planea Industria.

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Los representantes del Gobierno español están negociando con la Comisión Europea la aplicación de los fondos sociales de la CECA a los trabajadores españoles que resulten excedentes por reconversión o crisis en empresas de estos dos sectores. Nada distinto, según fuentes de Trabajo, de lo que han conseguido otros países comunitarios.Hasta el momento se han llevado a cabo los primeros contactos de evaluación de los costes de estas ayudas, y está previsto que la firma del convenio pueda llevarse a cabo en la primera quincena de diciembre. La media de las ayudas de la CECA para estos dos sectores concedidas a otros países comunitarios ha sido de 3.000 ECU por trabajador afectado (420.000 pesetas al cambio actual de la divisa comunitaria).

Según fuentes de la Administración, de los sindicatos y de las empresas siderúrgicas, el objetivo del convenio instrumentado por Trabajo e Industria es no sólo proporcionar cobertura con financiación comunitaria a los actuales excedentes laborales de la siderurgia, sino contar con un marco financiero para los nuevos reajustes que están planteados. España solicita que las ayudas de la CECA sean retroactivas a junio de 1984, y parece seguro que al menos serán concedidas con efectos de 1 de enero de 1986, según el subdirector general de Reestructuración de Empresas, Esteban Rodríguez Vera.

Nuevos excedentes

La condición para conceder estos fondos comunitarios es que el Estado miembro arbitre instrumentos jurídicos excepcionales para esa cobertura, con lo que cobra mayor fuerza la polémica sobre la conveniencia de prorrogar la ley de reconversión, que expira este año, o instrumentar otro tipo de medidas "de índole parecida".

Esta condición y la necesidad de arbitrar un mecanismo similar al italiano 1 para que en ocasiones estas subvenciones puedan ser concedidas directamente a las empresas fueron las dos principales preocupaciones puestas de manifiesto en la reunión mantenida el pasado martes por el subdirector de Reestructuración de Empresas con representantes de las organizaciones patronales siderúrgicas y de los sindicatos CC OO, UGT y ELA-STV.

Actualmente, los excedentes de la siderurgia integral se elevan a 9.000 personas, en planes que, como los de Ensidesa, están pendientes de concreción. Además, Altos Hornos de Vizcaya, ya han planteado la necesidad de proceder a revisar el plan financiero y a nuevos reajustes de plantilla adicionales (como mínimo 2.000 personas en este subsector). En aceros especiales las propuestas de las empresas son añadir 1.431 nuevos excedentes a la drástica reducción ya realizada. Pero el principal problema lo plantea el subsector del acero común, que ha solicitado a Industria subvenciones para cerrar instalaciones y reducir la producción en dos millones de toneladas, así como una disminución de 5.000 empleos, algo más del total de las plantillas.

Para la minería del carbón el proceso de racionalización está a la espera de que se negocie el plan a largo plazo para la reestructuración de Hunosa. Las hipótesis para todo el sector van desde el mantenimiento del empleo a un excedente de entre 10.000 y 14.000 personas.

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