Sólo faltó la lluvia

Lucía el sol en Madrid a primera hora de la mañana. Era un buen comienzo para el fin de semana. Sin embargo, una avería de 11 minutos, ocurrida una hora antes, en una subestación eléctrica provocó uno de los mayores caos circulatorios que recuerdan los responsables municipales.Diariamente circulan por Madrid 1.100.000 vehículos. Pero ayer no era un día normal. La huelga de Renfe tenía su mayor incidencia en los trenes de cercanías. Estos 125.000 usuarios ya sabían desde días antes que tendrían que coger un automóvil para llegar al centro.

Por otro lado, otros 100.000 usuarios del...

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Lucía el sol en Madrid a primera hora de la mañana. Era un buen comienzo para el fin de semana. Sin embargo, una avería de 11 minutos, ocurrida una hora antes, en una subestación eléctrica provocó uno de los mayores caos circulatorios que recuerdan los responsables municipales.Diariamente circulan por Madrid 1.100.000 vehículos. Pero ayer no era un día normal. La huelga de Renfe tenía su mayor incidencia en los trenes de cercanías. Estos 125.000 usuarios ya sabían desde días antes que tendrían que coger un automóvil para llegar al centro.

Por otro lado, otros 100.000 usuarios del metro entre las siete y las nueve de la mañana tuvieron que cambiar sus planes sobre la marcha para coger un autobús, un taxi o un coche particular.

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A causa de estos motivos se lanzaron a la calle 80.000 coches más. Otros aspectos agravaron el embotellamiento: comenzaba el fin de semana. Para que el atasco fuera absoluto, ayer, viernes, 10 de octubre de 1986, sólo faltó la lluvia.

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