Dos años de expenencia en Vallecas y Mediodía

El programa del servicio social de atención y reinserción de dro godependientes (SSARD) lleva año y medio funcionando como experiencia piloto en los distri tos de Vallecas y Mediodía. El SSARD pretende hacer un seguimiento persoirial del toxicómano y facilitarle los medios para deshabituarse de la droga. Hasta ahora ha seguido 200 casos de toxicomanía y ha mantenido relación con un total de 600 drogadictos.Un primer balance de los resultados -en el que trabajan directamente cinco psicólogos, dos asistentes sociales y un auxiliar de laboratorio- permite hacer el siguiente retrato-robot del toxi...

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El programa del servicio social de atención y reinserción de dro godependientes (SSARD) lleva año y medio funcionando como experiencia piloto en los distri tos de Vallecas y Mediodía. El SSARD pretende hacer un seguimiento persoirial del toxicómano y facilitarle los medios para deshabituarse de la droga. Hasta ahora ha seguido 200 casos de toxicomanía y ha mantenido relación con un total de 600 drogadictos.Un primer balance de los resultados -en el que trabajan directamente cinco psicólogos, dos asistentes sociales y un auxiliar de laboratorio- permite hacer el siguiente retrato-robot del toxicómano: 24 años de edad, soltero y con estudios primarios, en situación de paro laboral o realizando trabajos eventuales, consume medio gramo diario de heroína y con un gasto diario de 6.500 pesetas. Los resultados de la intervención psicosocial, con un período de seguimiento de 9 meses, hablan de un grupo de éxito del 38%.

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Bajo el eufemismo intervención psicosocial comunitaria se esconde un complejo proceso que desciende al problema personal y familiar del toxicómano y pretende, al mismo tiempo, su reinserción social gracias a un trabajo y al fomento de todo tipo de actividades destinadas a cubrir sus ratos de ocio. Mientras los toxicómanos asisten a grupos de terapia para abstinencia, los padres reciben una formación coniplenientaria para facilitar la reinserción de sus hijos.

Queda entonces la fase decisiva del tratamiento, cuando el toxicómano tiene que probarse a sí mismo que está preparado para enfrentarse de nuevo a la sociedad. Se procura al mismo tiempo un plan de formación laboral a través del Instito Nacional de Empleo o en escuelas de Formación Profesional. La gestión de quioscos en las fiestas locales, las fiestas familiares y la participación de actividades culturales y deportivas son también una parte esencial de esta última fase.

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