Cartas al director

Estafa de la educación

Si me lo permite el señor Halffter, creo que nos parecemos en varias cosas a la vez que discrepamos en otras muchas. Por una parte, yo también me siento vinculada a León, concretamente a Villafranca del Bierzo, donde he nacido y residido casi toda mi vida. En segundo lugar, guardo una estrecha relación con la Universidad, aunque en este caso sea la de Madrid y yo no esté en ella precisamente como presidenta, sino como simple estudiante de periodismo. Tal vez sea esto último lo que me hace verla de forma más escéptica y pesimista. Sólo un ejemplo.Afirma el señor Halffter que la educación en Esp...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Si me lo permite el señor Halffter, creo que nos parecemos en varias cosas a la vez que discrepamos en otras muchas. Por una parte, yo también me siento vinculada a León, concretamente a Villafranca del Bierzo, donde he nacido y residido casi toda mi vida. En segundo lugar, guardo una estrecha relación con la Universidad, aunque en este caso sea la de Madrid y yo no esté en ella precisamente como presidenta, sino como simple estudiante de periodismo. Tal vez sea esto último lo que me hace verla de forma más escéptica y pesimista. Sólo un ejemplo.Afirma el señor Halffter que la educación en España ha sido, más que un fracaso, una estafa. Y yo me pregunto: ¿acaso no lo sigue siendo cuando, por ejemplo, en todos los medios informativos se nos dice que las ayudas al estudio (becas) aumentarán este año por valor de no sé cuantísimos millones de pesetas, y luego resulta que a los pobres, a los mismos de siempre y en las mismas ventanillas de siempre, nos siguen faltando pólizas, firmas, declaraciones juradas, datos económicos, justificantes de no sé qué o datos de no sé cuántos?

A mí lo único que me falta es dinero para continuar mis estudios. Desde luego éste no es un caso aislado, pero eso no me consuela ni me sirve de ayuda. Probablemente, para mí, tercero de periodismo se quedará en un bonito-amargo sueño que ha durado dos cursos, y eso gracias a la generosidad de mi familia, que me acogió en su casa sin pedir nada a cambio.

¿De qué sirven mis esfuerzos, mis noches en vela delante de un libro, mi caminata diaria hasta la facultad? Me han servido para poder exhibir un par de matrículas de honor, dicho sea con todo el orgullo. Pero eso no vale de nada cuando se trata de que te concedan una beca.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

A algunas personas no sólo no nos dan el pez sin enseñarnos a pescarlo, sino que nos dan la espina mientras vemos cómo, otros se lo comen con cubiertos de plata.

¿Sigue ahora creyendo que el universitario es un ser privilegiado, que debe tener conciencia de devolver a la sociedad su formación?

Sí, en España sigue siendo herético pedir lo que por derecho o méritos propios nos pertenece. En España sigue siendo herético que los jóvenes tengamos fusiones.-

Archivado En