Cartas al director

Apoyo a la juez

Cuatro líneas nada más para expresar mi indignación ante la incalificable postura del Gobierno español en relación al contencioso surgido entre la juez Elisabeth Huerta y la dirección de la Guardia Civil, el PSOE y el propio Gobierno.Una vez más, asistimos impotentes, o casi, ante la consideración que terminos como democracia o Estado de derecho merecen para el Gobierno socialista y sus dirigentes, entre otros. Pero lo más burdo, que no lo más grave, de toda esta rocambolesca historia que no tiene por ahora el cartel de the end, son las declaraciones del secretario del Partido So...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Cuatro líneas nada más para expresar mi indignación ante la incalificable postura del Gobierno español en relación al contencioso surgido entre la juez Elisabeth Huerta y la dirección de la Guardia Civil, el PSOE y el propio Gobierno.Una vez más, asistimos impotentes, o casi, ante la consideración que terminos como democracia o Estado de derecho merecen para el Gobierno socialista y sus dirigentes, entre otros. Pero lo más burdo, que no lo más grave, de toda esta rocambolesca historia que no tiene por ahora el cartel de the end, son las declaraciones del secretario del Partido Socialista de Euskadi (PSOE), Txiki Benegas (Txiki en euskera significa pequeño), y del señor García Damborenea, dirigente del citado partido, que, sin encomendarse a Dios, pero me parece que sí al diablo, ya que están jugando con fuego, cuestionan la independencia judicial, y este último se atreve a afirmar que resulta peor tratada por los jueces la Guardia Civil que los propios terroristas, e incluso afirma que él no se sentiría tranquilo si tuviera que ser juzgado por jueces destinados (sufridos jueces, añadiría yo) en el País Vasco, a lo que seguiría añadiendo ese buen adagio castellano que comienza: "Por la boca...".

Ya saben ustedes, ciudadanos: a partir de ahora, si reciben una citación judicial, pueden hacer caso omiso de ella, les avala nada menos que el propio Gobierno español, sí, ése, el de los ocho millones largos de votos.-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En