TRIBUNALES

Un juez norteamericano debe decidir sobre la hija que reclama una mujer que 'alquiló' su útero

Un juez del Estado de Nueva Jersey tendrá que zanjar una disputa sobre la paternidad de un bebé nacido de un útero alquilado por 10.000 dólares (cerca de 1.310.000 pesetas). El litigio por la paternidad de una niña rubia de ojos azules, de nueve meses de edad, llamada M, según los archivos de los tribunales, enfrenta a la madre biológica que alquiló su vientre al hombre que pagó ese dinero y con cuyo esperma se inseminó artificialmente a esa mujer, bajo contrato de ceder el niño al nacer.El juicio, que comenzó ayer, es seguido con particular atención por los padres de los apr...

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Un juez del Estado de Nueva Jersey tendrá que zanjar una disputa sobre la paternidad de un bebé nacido de un útero alquilado por 10.000 dólares (cerca de 1.310.000 pesetas). El litigio por la paternidad de una niña rubia de ojos azules, de nueve meses de edad, llamada M, según los archivos de los tribunales, enfrenta a la madre biológica que alquiló su vientre al hombre que pagó ese dinero y con cuyo esperma se inseminó artificialmente a esa mujer, bajo contrato de ceder el niño al nacer.El juicio, que comenzó ayer, es seguido con particular atención por los padres de los aproximadamente 500 bebés de madres alquiladas que hay en Estados Unidos.

Ajena al embrollo legal, la pequeña ha sido ya secuestrada, perseguida por la policia, buscada por la policía federal, sacada por la noche por una ventana y bautizada con dos nombres: Sara o Melissa, según cada una de las dos parejas que la reclaman como su hija.

Todo empezó cuando Mary Beth Whitchead, de 29 años, casada y madre de dos hijos, firmó el año pasado un contrato por el que aceptaba ser inseminada artificialmente con el esperma de William Stern, de 40 años, y parir, para éste y su mujer, Elisabeth, estéril, un hijo que entregaría al nacer.

Los Stem pagaron 10.000 dólares por el trato y acordaron pagar otros 10.000 dólares por los gastos médicos que el alumbramiento ocasionaría. La madre de alquiler se comprometía también a "no crear o intentar crear una relación madre-hijo" con la criatura por nacer.

Todo ello quedó por escrito, pero cuando el bebé nació, el 27 de diciembre pasado, Mary Beth dijo que la niña se llamaba Sara, que era su hija y que no quería el dinero. Los Stern, que también vivieron el embarazo, aunque en vientre ajeno, insistieron en que se Hama Melissa y que son los padres legales.

La pequeña Melissa/Sara vivió con los padres legales hasta que fue secuestrada por su madre biológica y escondida en Florida, en casa de los abuelos, donde fue localizada por el FBI.

La custodia provisional hasta que concluya el juicio ha sido concedida a los Stern.

"Me están robando a mi hÍja", sollozaba Mary Beth durante la audiencia preliminar el mes pasado.

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