Cartas al director

Bibliobuses

El pasado día 20 se daba en el diario de su dirección una noticia sobre la próxima puesta en marcha de 13 bibliobuses en la Comunidad de Madrid. Como bibliotecaria, siempre me alegro de ver reflejados en los periódicos temas referidos a mi profesión -lo cual ocurre pocas veces: el abandono en que se encuentran las bibliotecas españolas se corresponde con la poca atención que les dedican los medios de comunicación social-, pero normalmente la alegría dura lo que tardo en leer las informaciones, que suelen estar incompletas, descuidadas y llenas de inexactitudes. Eso es lo que ocurre con la noti...

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El pasado día 20 se daba en el diario de su dirección una noticia sobre la próxima puesta en marcha de 13 bibliobuses en la Comunidad de Madrid. Como bibliotecaria, siempre me alegro de ver reflejados en los periódicos temas referidos a mi profesión -lo cual ocurre pocas veces: el abandono en que se encuentran las bibliotecas españolas se corresponde con la poca atención que les dedican los medios de comunicación social-, pero normalmente la alegría dura lo que tardo en leer las informaciones, que suelen estar incompletas, descuidadas y llenas de inexactitudes. Eso es lo que ocurre con la noticia divulgada el día 20.En primer lugar, es falso que "la única experiencia existente hasta el momento en la comunidad" sean "los dos autobuses rojos de dos pisos que recorrían las calles de Madrid". Efectivamente, existieron dos autobuses rojos (de un solo piso), pero eso fue en los años cincuenta. En diciembre de 1985, y desde hace tiempo, funcionaban seis vehículos, que desempeñaban una gran labor y que inexplicablemente dejaron de salir a principios de año, con gran disgusto para sus usuarios. Se me escapan las razones que movieron a la Consejería de Cultura madrileña a suprimir este servicio, pero después de leer la noticia en EL PAÍS da la impresión de que se intentaba hacer olvidar a los madrileños los bibliobuses para vendérselos en el momento de su reaparición como algo nuevo, imaginado por las actuales autoridades culturales de la comunidad.

La otra afirmación inexacta -que proviene, al parecer, de doña Araceli Pereda, directora general de Cultura de Madrid- es que "... en España sólo hay vehículos de este tipo en las provincias de León, Zamora y Palencia". Habría que decirle a doña Araceli que a pesar de que el nivel bibliotecario español es tercermundista, afortunadamente hay más provincias con servicio de bibliobuses: en Guadalajara funcionan en este momento tres (uno de ellos desde hace 13 años), y no cito otras porque me disgustaría olvidar alguna, pero haberlas haylas. Quizá la directora general de Cultura de Madrid no haya descubierto todavía que además de Madrid y Castilla y León existe alguna que otra comunidad autónoma. También en ellas los profesionales -e incluso a veces los políticos- intentamos que los servicios bibliotecarios salgan del largo letargo en el que cayeron hace más de 40 años-

Directora de la Biblioteca Pública del Estado y del Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas de Guadalajara.

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