Propuesta la retirada de régimen abierto para un recluso que denunció irregularidades

Las autoridades de la sección abierta de la cárcel de Alcalá de Henares (Madrid) han propuesto la regresión de grado (clasificación de los presos según su comportamiento y peligrosidad) para el recluso Antonio Buendía, que denunció ante el juez de vigilancia y los medios de comunicación diversas irregularidades en la contratación laboral de presos y en el funcionamiento interno de la prisión. De ser aprobada la propuesta de las autoridades carcelarias, Buendía, que está clasificado en tercer grado y disfruta de régimen abierto -es decir, que puede salir de la prisión cuando dispone de trabajo ...

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Las autoridades de la sección abierta de la cárcel de Alcalá de Henares (Madrid) han propuesto la regresión de grado (clasificación de los presos según su comportamiento y peligrosidad) para el recluso Antonio Buendía, que denunció ante el juez de vigilancia y los medios de comunicación diversas irregularidades en la contratación laboral de presos y en el funcionamiento interno de la prisión. De ser aprobada la propuesta de las autoridades carcelarias, Buendía, que está clasificado en tercer grado y disfruta de régimen abierto -es decir, que puede salir de la prisión cuando dispone de trabajo o en fines de semana-, sería trasladado de centro y no podría abandonarla.Buendía había denunciado la utilización por parte de la sección abierta de la cárcel de Alcalá de unos contratos supuestamente inconstitucionales, ya que el recluso trabajador renunciaba expresamente a sus derechos. La relación laboral se establecía entre la empresa y la prisión y el recluso sólo firmaba en calidad de "enterado".

El director del centro, Jesús Calvo, aseguró que el contrato se había utilizado en una ocasión, al parecer, por haberse acabado los impresos de contrato de trabajo en el Inem de Alcalá de Henares.

Al margen de esta denuncia, a la que iba unida una reclamación por despido, Buendía había informado de diversas irregularidades ocurridas en la prisión. Entre estas anomalías destacaba un trabajo encomendado a los reclusos de la citada sección abierta que consistía en el manipulado de las fechas de caducidad en unos sobres de leche. Se tapaban las fechas 1984/85 y se marcaban como nuevas las de 1986/87. Esta actividad, según el recluso, concluyó el pasado mes de mayo, después de que el juez de vigilancia penitenciaria y la Dirección General de Instituciones Penitenciarias tuvieran conocimiento del caso.

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