CIENCIA

Un misterioso 'agujero' en la capa de ozono de la Antártida preocupa a los científicos

Científicos y meteorólogos están analizando un hecho misterioso y preocupante detectado en la Antártida, donde se ha encontrado un agujero, de tamaño creciente, en la capa de ozono atmosférico sobre el Polo Sur. Varios equipos de científicos norteamericanos, que han planteado diversas teorías sobre la causa de este hecho pero no se encuentran satisfechos con ninguna de ellas, están realizando los preparativos finales para una expedición de investigación que volará en el invierno antártico durante tres semanas.Los biólogos señalan los peligros que para los seres humanos y la vida marina pla...

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Científicos y meteorólogos están analizando un hecho misterioso y preocupante detectado en la Antártida, donde se ha encontrado un agujero, de tamaño creciente, en la capa de ozono atmosférico sobre el Polo Sur. Varios equipos de científicos norteamericanos, que han planteado diversas teorías sobre la causa de este hecho pero no se encuentran satisfechos con ninguna de ellas, están realizando los preparativos finales para una expedición de investigación que volará en el invierno antártico durante tres semanas.Los biólogos señalan los peligros que para los seres humanos y la vida marina plantea un aumento, incluso pequeño, de la radiación ultravioleta procedente del Sol, que normalmente es absorbida por la capa de ozono y no llega a la superficie terrestre.

La preocupación ha ido en aumento desde el pasado otoño, cuando datos procedentes de un satélite de observación mostraron la magnitud del agujero, que aparece en los meses de septiembre y octubre y luego desaparece. La falta de ozono en esa zona supera los cálculos más pesimistas hechos en los últimos 15 años en torno a los efectos perjudiciales sobre la capa de ozono de algunos gases fabricados por el hombre.

La expedición consistirá en sobrevolar la zona con una compleja instrumentación, a partir de la base norteamericana de McMurdo Sound, normalmente cerrada al tráfico en invierno, excepto para vuelos de mantenimiento. El agujero podría ser un fenómeno transitorio que desparece por sí mismo, o podría estar causado por la contaminación, en cuyo caso se extendería hasta afectar a áreas habitadas y aparecer también en el Polo Norte.

El misterio ha renovado el interés mundial por el problema general del ozono, que empezó en 1971 debido a los gases expulsados a la atmósfera por los aviones a reacción y los aerosoles. Estados Unidos prohibió los fluorocarbonos en los aerosoles en 1978, y después hicieron lo mismo algunos países europeos, pero estas sustancias se siguen utilizando en casi todo el mundo para aplicaciones que van desde los acondicionadores de aire a las espumas de material plástico.

Los cálculos realizados desde entonces predecían un lento decremento del espesor de la capa de ozono, pero no un fenómeno como el detectado ahora.

El ozono es una forma inestable de oxígeno con moléculas de tres átomos en vez de los dos normales. En la atmósfera superior se forma y descompone continuamente en procesos químicos que se ha visto que son sensibles a la presencia de otros gases raros que a menudo actúan de catalizadores en la reacción de descomposición. El agujero aparece a una altura de unos 15 kilómetros al final del invierno, y para finales de noviembre se recupera el nivel normal de ozono Sin embargo cada año es más grande, y en 1985 alcanzó una superficie equivalente a la de Estados Unidos.

Expedición española

En el próximo mes de octubre, dos buques congeladores espa ñoles, pertenecientes a la flota pesquera de Vigo partirán hacia la Antártida con objeto de realizar una expedición de carácter científico y de prospección pesquera, financiada por la Secretaría General de Pesca, que es la primera de este tipo que realiza un país europeo.Según Carlos Romero, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, la expedición, preparada con cierta premura, tiene por objetivo cumplir los términos del convenio internacional sobre la Antártida, firmado por España en 1984, aprovechando el verano antártico de este año y dernostrar la capacidad de los barcos españoles para faenar en aquellas aguas.

La expedición llevará a cabo trabajos de investigación científica y oceanográfica, organizados por el Instituto Español de Oceanografía, así como una prospección de los recursos pesqueros en los caladeros antárticos. Participarán pescadores y científicos de diversas disciplinas.

España se adhirió en 1984 a la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, pero para pasar a ser miembro de pleno derecho de este organismo es necesario haber realizado antes una investigación científica y una campaña de prospección pesquera.

De esta forma, cuando expire el actual tratado antártico a principios de la década de los noventa, España podrá rectamar derechos sobre la zona.

Los objetivos científicos de esta campaña, cuyos miembros permanecerán en la zona 80 días, se centrarán en realizar tina estimación de la biomasa de peces, crustáceos y cefalópodos existentes en aguas antárticas, así como conocer también las características hidrológicas, meteorológicas y de sedimentos en la Antártida.

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