Tribuna:EL OMBUDSMAN

La culpa, siempre al entrenador

El Mundial de fútbol de México 86 ha tenido en EL PAÍS un exhaustivo y ponderado tratamiento, cuyo reflejo diario ha sido valorado positivamente por la mayoría de los lectores, con la salvedad,- que le ha llegado al ombudsman, de un artículo referido al seleccionador uruguayo, Omar Borrás. La objeción, que proviene de su hijo, residente en Barcelona, nos merece el mayor respeto y justifica la necesidad de interesarnos por lo publicado.El pasado 17 de junio, en la sección deportiva de este periódico y en artículo firmado por el periodista uruguayo Ángel R. Fernández, colaborador circunst...

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El Mundial de fútbol de México 86 ha tenido en EL PAÍS un exhaustivo y ponderado tratamiento, cuyo reflejo diario ha sido valorado positivamente por la mayoría de los lectores, con la salvedad,- que le ha llegado al ombudsman, de un artículo referido al seleccionador uruguayo, Omar Borrás. La objeción, que proviene de su hijo, residente en Barcelona, nos merece el mayor respeto y justifica la necesidad de interesarnos por lo publicado.El pasado 17 de junio, en la sección deportiva de este periódico y en artículo firmado por el periodista uruguayo Ángel R. Fernández, colaborador circunstancial de EL PAÍS en México, se hacía una semblanza subjetiva de Omar Borrás basada exclusivamente en considerar lo negativo del seleccionador. Abundaban los adjetivos, que este diario tiene por norma evitar, y hasta se citaba al padre de Borrás como "pintoresco" porque "construyó un palacete y junto a él una plaza de deportes cercada por altos muros en los que con grandes letras pintó la leyenda `Parque Omar y Aldo Borrás', los nombres de sus dos hijos". En tono no menos despectivo se decía que Omar Borrás viajó por Europa y Latinoamérica para participar en seminarios, conferencias y cursillos de deportes.

Sin ánimo de analizar la trayectoria del seleccionador uruguayo, el defensor del lector debe acoger en esta columna la carta del hijo de Omar Borrás, que se lamenta profundamente de los juicios vertidos contra su padre. Las críticas contra su actuación deportiva pueden acallarse al señalar un currículo donde aparecen como triunfos de la selección que dirigía el conseguir la Copa Nehru, la Copa de América de Selecciones y la clasificación para México 86, donde fueron eliminados por un gol de diferencia por los argentinos, actuales campeones mundiales.

Su hijo quiere dejar constancia de que, a pesar de lo que se reflejaba en EL PAÍS, su padre, que efectivamente convivió con la dictadura militar, es "hombre conservador, pero demócrata, y está cercano al Partido Colorado, de Sanguinetti". Y, fínalmente, se queja de la "crueldad" de los que, amparados en motivos deportivos, han aprovechado la ocasión para expresar matizaciones políticas. Po su parte, el autor del artículo, Angel R. Fernández, intenta mantener su comentario de EL PAÍS sobre la base de que las referencias sobre Omar Borrás han sido hechas en programas de humor de la radio y la televisión uruguayas, y para complementarlo nos envía una ligera revista humorística, Guambia Mundial, donde efectivamente arremeten, como desahogo, contra el seleccionador por no haber conseguido el título mundial.

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Incorrecciones en los términos militares

En ocasiones, los lectores nos remiten recortes del periódico donde se observan incorrecciones relativas a términos militares. En los últimos días hemos recibido la comunicación de un militar profesional, Alberto Piris, colaborador ocasional de este periódico en asuntos de defensa, que insiste sobre dichas incorrecciones. Ha evitado enviamos la colección de datos, y un solo periódico y una crónica le sirven para su reflexión.

El pasado 21 de junio, EL PAÍS iniciaba su información en primera página con un titular a tres columnas donde se decía: "El Ejército peruano extermina a los presos...", e inmediatamente después en la entradilla se comenzaba la información: "Infantes de la Marina peruana peinaron...". La duda está en quién desarrolló la acción, si los soldados de la Marina o del Ejército. Son ambigüedades que posiblemente pasen inadvertidas para algún lector, pero no deben producirse al concretar las responsabilidades.

La crónica firmada por el enviado especial de EL PAÍS Antonio Caño, en segunda página, insiste en las incorrecciones ya señaladas. El titular se refiere a "buques de guerra" peruanos que reprimen el motín, pero la entradilla se refiere a "el Ejercito peruano". El texto de la información sigue con las mezclas ya señaladas, en las que es dificil concretar si se refiere al Ejército, a la Armada o a las fuerzas armadas. Nuestro comunicante se pregunta: "¿Quién dirigió las operaciones?, ¿el Ejército o la Marina? ¿O sería el comando conjunto de las fuerzas armadas?".

El Libro de estilo de EL PAÍS no contempla estas matizaciones, y por ello hemos recurrido al Diccionario de la lengua española, que aclara convenientemente estos términos, algunas veces equívocos. Copiamos de la Real Academia: "Ejército: conjunto de fuerzas aéreas o terrestres de una nación. Armada: conjunto de fuerzas navales de una nación. Marina: conjunto de los buques de una nación. Fuerzas armadas: el Ejército o una parte de él".

Por su parte, la jefa de la sección de Internacional del periódico, Mariló Ruiz de Elvira, considera correcta la información puesta en entredicho. Opina que tanto los titulares como el texto no crean confusión, y nos remite a otro diccionario, el Casares, según el cual "Ejército es el conjunto de las fuerzas armadas de una nación". Y añade Ruiz de Elvira: "Así lo he entendido yo siempre; creo que es correcto como sinónimo de fuerzas armadas, incluida la Marina".

Defensa de los lectores. Para facilitar a los lectores la comunicación con el ombudsman, y ante las quejas de quienes no pueden establecer contacto telefónico por la saturación de las líneas generales del periódico, les indicamos que de lunes a viernes pueden ponerse en contacto telefónico, de diez de la mañana a tres de la tarde y de cuatro a seis de la tarde, llamando al teléfono directo 204 28 48 de Madrid.

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