CIENCIA

La NASA decide retrasar indefinidamente un programa de exploración interplanetaria

La agencia espacial norteamericana, NASA, ha decidido suspender el programa de fabricación de un cohete Centaur de una sola etapa destinado a viajar en el transbordador para impulsar sondas no tripuladas fuera de la órbita terrestre. La suspensión del programa, debida a que no se han resuelto los problemas de seguridad, implica el retraso indefinido de un importante programa de exploración interplanetaria que debían Nevar a cabo las sondas Galileo y Ulises.

La sonda Galileo estaba programada para explorar el planeta Júpiter, mientras que la Ulises debía hacer lo mismo con ...

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La agencia espacial norteamericana, NASA, ha decidido suspender el programa de fabricación de un cohete Centaur de una sola etapa destinado a viajar en el transbordador para impulsar sondas no tripuladas fuera de la órbita terrestre. La suspensión del programa, debida a que no se han resuelto los problemas de seguridad, implica el retraso indefinido de un importante programa de exploración interplanetaria que debían Nevar a cabo las sondas Galileo y Ulises.

La sonda Galileo estaba programada para explorar el planeta Júpiter, mientras que la Ulises debía hacer lo mismo con el Sol, en lo que constituía el único programa de exploración interplanetaria que tenía previsto Estados Unidos desde el lanzamiento de las Voyager en 1977. La decisión de cancelar el programa del Centaur Upper Stage, al que se han dedicado ya 1.000 millones de dólares (140.000 millones de pesetas), es, para los analistas, el mayor revés sufrido por la NASA desde la explosión del transbordador espacial Challenger, el pasado 28 de enero.Presiones del Congreso, dosde cuyos representantes, Edward Boland y William Green, realizaron una investigación independiente, llevaron a la NASA a paralizar este programa. James Fletcher, administrador de la agencia, afirmó que el Centaur no cumple los criterios de seguridad.

Además de este aspecto de seguridad del cohete, las sondas Galileo y Ulises van dotadas de generadores nucleares para obtener la energía necesaria para su funcionamiento y para la transmisión a la Tierra de los datos obtenidos por los instrumentos que llevarían a bordo. Esto significaría que, en caso de que el transbordador que las transportara hiciera explosión a los pocos segundos del lanzamiento, como sucedió con el Challenger, se produciría una grave contaminación radiactiva.

Fletcher indicó que desde enero se han realizado diversas modificaciones en los nuevos cohetes Centaur, pero que, a pesar de ello, no se ha conseguido satisfacer las normas de seguridad. Las sondas Galileo y Ulises deberían haber sido lanzadas el mes pasado. En un comunicado, la NASA ha indicado que se buscarán formas alternativas de lanzar estas sondas y otras similares que debía haber impulsado el nuevo cohete Centaur, que utiliza combustible líquido.

Entre las posibilidades se encuentra la utilización de un cohete Titán, al que se añadiría el Centaur Upper Stage, o bien la utilización del transbordador con un cohete menos poderoso, de combustible sólido.

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