Médico en paro

Soy médico en paro. El año pasado tuve suerte: pude trabajar 15 días para el Insalud, que me reportaron unos ingresos anuales de 94.923 pesetas; con los descuentos, 84.853 pesetas. Para poder percibir este dinero tuve que cumplir con dos obligaciones: la colegiación, que me supuso un desembolso de 9.000 pesetas al año, y la previsión sanitaria, 13.032 pesetas.Este año, las perspectivas de empleo parece que son aún peores. Estamos ya en junio y todavía no he podido trabajar un solo día. Lo cual no ha sido motivo suficiente para que tenga que seguir pagando las cuotas de Previsión Sanitaria Naci...

Soy médico en paro. El año pasado tuve suerte: pude trabajar 15 días para el Insalud, que me reportaron unos ingresos anuales de 94.923 pesetas; con los descuentos, 84.853 pesetas. Para poder percibir este dinero tuve que cumplir con dos obligaciones: la colegiación, que me supuso un desembolso de 9.000 pesetas al año, y la previsión sanitaria, 13.032 pesetas.Este año, las perspectivas de empleo parece que son aún peores. Estamos ya en junio y todavía no he podido trabajar un solo día. Lo cual no ha sido motivo suficiente para que tenga que seguir pagando las cuotas de Previsión Sanitaria Nacional y la del Colegio de Médicos. Si no las pagara, automáticamente sería dado de baja de la Organización Médica Colegial y perdería todo derecho a echar aunque sea unos solos días de trabajo.

La Organización Médica Colegial conoce nuestro problema. Saben nuestros compañeros en activo que, cada trimestre, cientos de médicos tenemos que recurrir a la caridad de nuestros maridos o de nuestros padres para poder hacer frente a esos recibos que puntualmente nos envían al banco. Pues bien, para este año, tal vez como medida de gracia, lo único que se les ha ocurrido ha sido... ¡elevar la cuota colegial al ciento por ciento!

Como usted ve, una buena fórmula de eliminar a los médicos en paro: obligándoles a darse de baja, por incapacidad económica, de la colegiación obligatoria. Y así poder justificar la compatibilidad de cargos. Todo muy solidario, muy ético y muy deontológico, como suelen decir.

Y todavía hay quienes se atreven a decir que la pretendida reforma sanitaria de los señores Lluch y Recio tiene matices revolucionarios. Reforma sanitaria, sí, pero de verdad y a fondo. Que no hagan mella los gritos de quienes no tienen otro norte profesional que acaparar privilegios y defender un corporativismo medieval que lo único que pretende es proteger a los pudientes y denostar a los desprotegidos.-

Los Gallardos, Almería.