Reportaje:ELECCIONES, EL 22 DE JUNIOLOS PARTIDOS, ANTE LAS URNAS / 5

El PNV, entre la crisis y el pacto

Los nacionalistas vascos se preparan para un futuro sin ETA

VICTORINO R. DE AZÚA, El estallido de una crisis interna de considerables proporciones y la firma del pacto de legislatura con los socialistas han marcado para el, Partido Nacionalista Vasco (PNV) los casi cuatro años transcurridos desde las anteriores elecciones legislativas. Ambos acontecimientos están relacionados con un giro significativo de la orientación nacionalista. El PNV hace ahora hincapié en la necesidad de diálogo y el acuerdo con Madrid, y parece prepararse para un futuro en el que haya desaparecido el paraguas que para las reivindicaciones nacionalistas supone la presenci...

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VICTORINO R. DE AZÚA, El estallido de una crisis interna de considerables proporciones y la firma del pacto de legislatura con los socialistas han marcado para el, Partido Nacionalista Vasco (PNV) los casi cuatro años transcurridos desde las anteriores elecciones legislativas. Ambos acontecimientos están relacionados con un giro significativo de la orientación nacionalista. El PNV hace ahora hincapié en la necesidad de diálogo y el acuerdo con Madrid, y parece prepararse para un futuro en el que haya desaparecido el paraguas que para las reivindicaciones nacionalistas supone la presencia de ETA, al tiempo que intenta conseguir un papel en la posible negociación final con la organización terrorista.

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La crisis en el PNV sigue siempre latente, pero la convocatoria de elecciones anticipadas en vez de suponer un obstáculo para la dirección ha servido para atenuar las manifestaciones hacia el exterior de la división interna. Los candidatos son oficiales en Álava, Navarra y Vizcaya, y críticos en Guipúzcoa. Cada sector tiene la responsabilidad de atraer los votos en las provincias cuya ejecutiva domina.

A nadie se le oculta, no obstante, que el tiempo trabaja contra el ex lendakari Carlos Garaikoetxea, y que la decisión de sus seguidores navarros -expulsados o autoexcluidos de la organización oficial- de no concurrir con candidatura propia a las elecciones, contribuirá a fortalecer las posiciones en aquella provincia del sector que encabeza Xabier Arzalluz, salvo un descalabro electoral poco previsible.

El pacto de legislatura

El pacto de legislatura entre los grupos parlamentarios nacionalista y socialista ha sido la segunda gran novedad desde 1982. La victoria del PSOE en octubre de aquel año agudizó las crispaciones y los enfrentamientos entre las dos formaciones hasta que la dimisión de Garaikoetxea de la presidencia del Ejecutivo autónomo, en diciembre de 1984, por considerar inaceptables las condiciones de su propio partido, facilitó el giro. El nuevo lendakari, José Antonio Ardanza, suscribió el pacto con el secretario general de los socialistas vascos, Txiki Benegas, cuatro días después dé su toma de posesión en enero de 1985.

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El pacto representó un punto de encuentro de los sectores de cada partido más proclives al entendimiento. Los críticos del PNV han expresado sus reticencias, y los socialistas que apoyan a Ricardo García Damborenea no ocultan su hostilidad porque creen que les hubiera sido más rentable imponer un Gobierno de coalición.

El pacto ha permitido al Gobierno de Ardanza romper el empate en el Parlamento de Vitoria entre los diputados del PNV y los de la oposición y sacar adelante los presupuestos del Gobierno vasco, pero ha vaciado de gran parte de su contenido político a la Cámara, al llegar muchos temas previamente negociados entre las dos fuerzas mayoritarias. Pese a todo, la tensión política en Euskadi desde que se produjo el acuerdo ha disminuido muchos grados.

Hacia nuevas e lecciones

En las últimas semanas, sin embargo el PNV ha considerado seriamente la posibilidad de disolver el Parlamento de Vitoria antes de que se agote la legislatura, en 1988, porque intuye que la negociación de los presupuestos del año próximo será ya muy difícil, sobre todo si el Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) se decide, como parece, a plantear a fondo sus desacuerdos en el apartado de educación y con la política de subvenciones a los centros privados.

Los resultados de las elecciones legislativas del 22 de junio pueden ser decisivos para el futuro de la legislatura vasca. Si el PNV obtiene un balance electoral satisfactorio y el PSE-PSOE retrocede, el Gobierno de Vitoria podría decidirse a anticipar las elecciones autonómicas al próximo octubre con la esperanza de rescatar la mayoría absoluta perdida en 1984.

La anticipación de las elecciones autonómicas y la recuperación de la mayoría en la Cámara vasca, de producirse, no supondrían previsiblemente una ruptura del espíritu de diálogo, pero permitirían al PNV modificar las condiciones en que se produce.

El nuevo diseño político consistiría en mantener a toda costa el diálogo con el Gobierno de Madrid y buscar el entendimiento en temas de Estado" como terrorismo y. violencia, desarrollo del Estatuto de Autonomía y competencias de la policía autónoma, en los que los nacionalistas han llegado al convencimiento de que la confrontación sistemática con el Gobierno de Madrid, que era el sistema adoptado durante largo tiempo, no les conduce a ninguna parte.

En cambio, el PNV podría guardar mayor margen de maniobra en la acción de gobierno en Euskadi. Los nacionalistas aspirarían a lograr un entendimiento con el Gobierno central sin necesidad de subordinar la política interna vasca al acuerdo con el PSE-PSOE.

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