RELIGIÓN

El cardenal Poletti asegura que criticó a Acción Católica por iniciativa personal y no del Papa

El presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y vicario de Roma, cardenal Poletti, que fue enviado por el Papa como observador de los trabajos de la asamblea nacional de la Acción Católica italiana, ha escrito una carta al diario vaticano L'Osservatore Romano en la que explica que la iniciativa de bloquear el documento final de la organización fue tomada "personalmente" por él mismo y, por tanto, no fue decisión del papa Wojtyla. El enfrentamiento de Acción Católica con el Vaticano preocupa ahora a la jerarquía italiana.

Han sido los propios obispos quienes han intervenido ante el ...

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El presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y vicario de Roma, cardenal Poletti, que fue enviado por el Papa como observador de los trabajos de la asamblea nacional de la Acción Católica italiana, ha escrito una carta al diario vaticano L'Osservatore Romano en la que explica que la iniciativa de bloquear el documento final de la organización fue tomada "personalmente" por él mismo y, por tanto, no fue decisión del papa Wojtyla. El enfrentamiento de Acción Católica con el Vaticano preocupa ahora a la jerarquía italiana.

Han sido los propios obispos quienes han intervenido ante el cardenal Poletti para que apague el fuego de la polémica, ya que un ataque a Acción Católica significa en realidad una descalificáción de la propia Conferencia Episcopal, que es la responsable directa del laicado católico y de su formación espiritual y teológica.Ugo Poletti, por su parte, ha descargado la culpa sobre la "Prensa escandalosa y anticlerical", que interpretó mal, en su opinión, lo que pasó en la asamblea nacional, y ha afirmado que "Acción Católica no necesita ser defendida por los agnósticos".

Se decía últimamente que el problema era más de estilo que de fondo, pero ayer, en una entrevista al semanario Panorama, el ex presidente de la organización Alberto Monticone, catedrático de Historia Moderna de la universidad de Roma -considerado entre los católicos italianos como una especie de Ruiz-Giménez-, dió a entender que el problema es más profundo.

Comparando el integrismo de ciertos movimientos católicos modernos actualmente privilegiados por la curia romana con la vieja Acción Católica de Pablo VI, Monticone afirma: "Las diferencias no son sólo de estilo. Se trata sobre todo del modo de interpretar a la Iglesia. Por supuesto, el Evangelio y la fidelidad a la Iglesia son iguales para todos. Pero lo que es distinto es la visión misma de la Iglesia. La Iglesia buscada y pen sada por Acción Católica es una Iglesia que ama a su tiempo, ama a la gente aun cuando ésta es díscola. Es una Iglesia que se inclina ante los problemas de la promoción hu mana. Más aún: es una Iglesia que acoge a las personas como son, a través de la valoración del bien que existe en cada uno".

Y añade: "Es distinta la Iglesia que se adivina en ciertas tendencias integristas, donde se prefiere una Iglesia juez y no sólo maestra". Según él, mientras los movimientos integristas de hoy "prefieren imponer la verdad" a dialogar con los oponentes, por el contrarío, el método de Acción Católica italiana es "el diálogo no sólo con las culturas y las ideologías, sino también con las personas".

Hablando del papa Wojtyla, que en este momento aparece enrentado con las tesis de Acción Católica, Monticone asegura que se trata de "una figura profética que recoge las voces de su tiempo y las lanza como una invitación a la Iglesia para el tiempo futuro". Y añade: "Su dificultad consiste quizá en encarnar en el hoy y ahora sus aperturas hacia el futuro".

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