La huelga de maestros en Oaxaca muestra las lacras de la democracia mexicana

Una huelga de 38.000 maestros que duró 42 días, los locales de la Universidad ocupados por huelguistas, paros en el transporte y matanzas entre campesinos indígenas son la expresión de la crisis en el Estado mexicano dé Oaxaca, donde se reflejan las estructuras caciquiles del sindicalismo, la Prensa amordazada y el anquilosamiento del sistema político. Durante varios meses el Estado de Oaxaca (93.000 kilómetros cuadrados y 2,8 millones de habitantes) ha dado sensación de desgobierno.

El gobernador elegido para el presente sexenio, Pedro Vázquez Comeranes, dejó el cargo a finales del año...

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Una huelga de 38.000 maestros que duró 42 días, los locales de la Universidad ocupados por huelguistas, paros en el transporte y matanzas entre campesinos indígenas son la expresión de la crisis en el Estado mexicano dé Oaxaca, donde se reflejan las estructuras caciquiles del sindicalismo, la Prensa amordazada y el anquilosamiento del sistema político. Durante varios meses el Estado de Oaxaca (93.000 kilómetros cuadrados y 2,8 millones de habitantes) ha dado sensación de desgobierno.

El gobernador elegido para el presente sexenio, Pedro Vázquez Comeranes, dejó el cargo a finales del año pasado para pasar a ocupar en la capital mexicana el puesto de director de Seguridad Nacional en el Ministerio de Gobernación. El gobernador interino ha visto surgir a su alrededor los conflictos sin demostrar capacidad para resolverlos.El arzobispo de Oaxaca, Bartolomé Carrasco, al comentar la huelga de maestros que, dejó al Estado 42 días sin escuela, dijo que "lo que sucede en Oaxaca dentro de un contexto nacional más amplio, es síntoma de una problemática mucho más profunda que está exhibiendo el desgaste de un sistema estancado por la antidemocracia y la falta de alternativas para solucionar los problemas económicos y políticos del país".

La huelga de los maestros de Oaxaca es sintomática. Los huelguistas exigen elecciones libres y la celebración de un congreso democrático en el marco del sindicato nacional de trabajadores de la enseñanza. Tras una marcha a pie hasta ¡a capital mexicana, distante 540 kilómetros, la ocupación de la catedral de México y una prolongada huelga de hambre de un grupo miles de maestros regresaron a Oaxaca sin haber conseguido nada.

Al regreso, muchos se encontraron con las escuelas ocupadas por maestros fieles a la dirección del sindicato, que paralizan la reanudación de las clases en 138 escuelas. Algunos de los maestros resultaron heridos de bala y un padre de familia murió tiroteado por los grupos de choque del sindicato.

El sueldo de un periodista

Un maestro gana en México unos 60.000 pesos mensuales (menos de 20.000 pesetas). No es mucho mejor la situación de los periodistas si se limitan a los ingresos procedentes exclusivamente de su trabajo.Un periodista de un diario de Oaxaca percibe 50.000 pesos (16.000 pesetas). Algunos trabajan como corresponsales de periódicos de la capital, con lo que pueden ganar 500 pesos por crónica (160 pesetas).

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Además, un periodista percibe un porcentaje por la publicidad procedente de su fuente Esto significa que, si un periodista está encargado de los temas agrícolas el periódico, le entrega un porcentaje de la publicidad que llegue al periódico procedente de ese sector. Este sistema asegura la docilidad del periodista.

Durante la rueda de prensa organizada en el Palacio de Gobierno de Oaxaca para explicar la matanza de Zaniza, donde en dos días murieron 32 habitantes de dos pueblos enfrentados, un joven periodista local hizo una pregunta que molestó al asesor, que le gritó públicamente: "Tú has comido mucha tuna [fruto espinoso] y se te va a atragantar".

La intimidación de los que discrepan en la Prensa, en el sindicato o de los líderes campesinos está a la orden del día. Un joven antropólogo explica que "a veces, cuando detienen a un líder campesino, lo desaparecen bajo la acusación de narcotraficante". Con gesto abatido e impotente, el joven explica que "los policías judiciales y el Ejército toman una comunidad, violan, arrasan y roban, pero la repetición de todas estas noticias de muerte ya no alarman a nadie. Aquí nos hemos habituado a la muerte".

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