Industria quiere que las eléctricas reduzcan sus costes financieros y laborales

Una doble actuación sobre gastos financieros y laborales conforma la base de los programas de reducción de costes y mejora de la gestión que el Ministerio de Industria y Energía ha presentado a las empresas del sector eléctrico. Las compañías han solicitado un aplazamiento de 30 días, hasta el primero de junio, para el cumplimiento de la resolución que fue enviada por la Dirección General de la Energía el pasado 14 de abril. Por otro lado, esta semana está previsto que concluyan, sin grandes traumas, las negociaciones para cerrar el ejercicio de 1985, incluida la política en materia de dividen...

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Una doble actuación sobre gastos financieros y laborales conforma la base de los programas de reducción de costes y mejora de la gestión que el Ministerio de Industria y Energía ha presentado a las empresas del sector eléctrico. Las compañías han solicitado un aplazamiento de 30 días, hasta el primero de junio, para el cumplimiento de la resolución que fue enviada por la Dirección General de la Energía el pasado 14 de abril. Por otro lado, esta semana está previsto que concluyan, sin grandes traumas, las negociaciones para cerrar el ejercicio de 1985, incluida la política en materia de dividendos.

Aunque la resolución no lo menciona de una manera explícita, los dos anexos que la acompañan y las negociaciones informales mantenidas con Carmen Mestre, directora general de la Energía, por las empresas, resaltan que la Administración trata de centrar su programa de reducción de costes en dos puntos: los gastos financieros y los laborales.En el primer capítulo, según fuentes solventes, la Administración ha hecho saber que las empresas eléctricas tienen un "margen de maniobra amplio" para reducir sus costes financieros. En este sentido ha sugerido a las empresas que abran negociaciones con sus bancos habituales para tratar de gestionar unos tipos de interés más favorables.

Fuentes de las empresas han señalado que, en este capítulo, se está haciendo todo lo posible desde hace años. Pero han recordado que la fijación de los tipos de interés activos no depende de las empresas sino de otros factores, tales como la política monetaria y de los instrumentos bancarios disponibles, tanto nacionales como extranjeros. Con todo, las empresas se encuentran renegociando con sus bancos gran parte de su pasivo, en parte como consecuencia del intercambio de activos.

En el lado de los costes laborales, las sugerencias administrativas sobre los elevados sueldos del sector se ha encontrado con la oposición doble de la gestión y los sindicatos. La primera argumenta que la productividad del sector es una de las más elevadas de la industria española. Los segundos, capitaneados por la UGT, estiman que "es ridículo hacer caer el peso sobre los trabajadores" del saneamiento del sector.

Matilde Fernández, secretaria de la Federación de Químicas de la UGT, ha hecho enfásis en este punto y ha criticado a la Administración la aparente blandura del Ministerio de Industria en las negociaciones con el sector, permitiendo que, en algunas ocasiones, determinadas empresas consigan obviar de los acuerdos finales determinados puntos espinosos, como son las amortizaciones de las instalaciones nucleares en moratoria.

La concatenación de los programas de reducción de costes con la distribución de un 3% de la facturación del sector por parte del Ministerio de Industria, tal como contempla el real decreto del 28 de febrero pasado, se ha convertido en el elemento de presión sobre las empresas, que tratan de cumplir con la norma ministerial para acceder libremente a esos fondos, distribuidos, en caso contrario, de una manera arbitraria por la Administración. Bien por tarifas o por la creación de fondos especiales, las empresas argumentan que ingresan ahora un 12% menos, en pesetas constantes, que en 1982.

Política de dividendos

Asimismo, las empresas han resaltado el hecho de que la Dirección General de la Energía trate de vincular esta cuestión con el problema de la distribución del dividendo, pese a las recientes declaraciones de Carmen Mestre, en un artículo periodístico, de que el Ministerio de Industria no decide la política de dividendos del sector.Por otro lado, mañana se espera que concluya la ronda de confesiones de los directivos de las empresas con Carmen Mestre, precisamente para fijar el cierre del ejercicio de 1985, incluido los dividendos que las empresas anunciarán a sus accionistas en las próximas juntas generales de accionistas.

Fuentes empresariales han dado por seguro que se alcanzará un acuerdo no traumático en el plazo previsto, teniendo en cuenta que la bolsa parece haber descontado ya el efecto negativo de lo que, en medios de las empresas, se denomina como el "excesivo protagonismo" de la Administración en esta cuestión, reservada por ley a la junta de accionistas.

En este sentido, quedan aún algunas cuestiones que dilucidar, pero parece claro que, como tónica general, el dividendo de todas las empresas, salvando Endesa, será ligeramente inferior al del pasado año. Iberduero, que negocia distribuir el mismo que el año pasado, tiene pendiente el exceso de amortización (102.000 millones) atribuido a la central de Lemóniz. Hidrola y Sevillana rebajarán entre medio y un punto su dividendo del pasado año. Unión-Fenosa, lo hará en algo más. Y Fecsa es probable que mantenga el dividendo a cuenta ya repartido.

Ayer pasaron por el confesionario de la Dirección General de la Energía los directivos de Fecsa e Hidrola. Hoy lo harán otros dos presidentes para culminar el miércoles con los restantes. El ministerio responderá también a la solicitud de aplazamiento para la entrega del plan de reducción de costes.

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