Dos niños de corta edad murieron el sábado en el incendio de la chabola donde vivían, en el distrito de Fuencarral

Eduardo Martín Nieto y su hermana Sara, de 17 meses y tres años de edad, respectivamente, murieron abrasados en la madrugada del sábado en el incendio de la chabola en la que habitaban en compañía de sus padres, Antonio Martín y Matilde Nieto, y de otros cuatro hermanos, todos ellos ingresados en la clínica La Paz por las graves quemaduras sufridas. La madre y uno de los hermanos, Dionisio, se encuentran en estado crítico. La chabola, una endeble construcción de postes y planchas de madera, a un kilómetro escaso de las lujosas residencias de Mirasierra, en Fuencarral, quedó calcinada en una ho...

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Eduardo Martín Nieto y su hermana Sara, de 17 meses y tres años de edad, respectivamente, murieron abrasados en la madrugada del sábado en el incendio de la chabola en la que habitaban en compañía de sus padres, Antonio Martín y Matilde Nieto, y de otros cuatro hermanos, todos ellos ingresados en la clínica La Paz por las graves quemaduras sufridas. La madre y uno de los hermanos, Dionisio, se encuentran en estado crítico. La chabola, una endeble construcción de postes y planchas de madera, a un kilómetro escaso de las lujosas residencias de Mirasierra, en Fuencarral, quedó calcinada en una hora.

El incendio se originó alrededor de las 4.30 del sábado, por causas que aún se desconocen, y afectó a tres de las aproximadamente 45 chabolas diseminadas por los descampados que atraviesa el camino de la Cruz del Cura, en el distrito de Fuencarral, a espaldas de la colonia de Mirasierra. A esa hora, una mujer de una de las chabolas cercanas avisó al 091 del incendio. La dificultad de acceder a la zona de chabolas hizo que fueran los propios vecinos quienes se encargaran de ayudar a seis miembros de la familia a salir del incendio. La zona de chabolas sólo tiene accesos por complicados y empinados caminos, que estos días están profundamente embarrados por las lluvias. Rodeando las chabolas y esparcidos por todo el descampado se observan montones de chatarra, coches desguazados y oxidados y buen número de gallinas, burros y mulas. Los habitantes del poblado se dedican a la venta ambulante y al negocio de la chatarra. Entre ellos, Antonio Martín Díaz, de 38 años de edad.José Adrián Pérez García, un joven de 23 años de edad que ayudó en las tareas de rescate, trasladó luego en su fargoneta a tres de las víctimas a la residencia sanitaria La Paz: "Estaban achicharrados", relató ayer José Adrián, todavía conmovido por la tragedia. "Los niños gritaban desde dentro que alguien abriera un hueco en la pared, porque se asfixiaban. Toda la chabola estaba hecha de planchas de madera y cartón, y el fuego la consumió por completo en seguida. Otros vecinos y yo mismo pudimos ir sacando o ayudando a salir al matrimonio y a los otros niños El marido iba en ropa interior, con la camiseta pegada a la carne, abrasada".

Dos de los niños, Eduardo y Sara, no pudieron salir. Los bomberos rescataron sus cuerpos después, casi calcinados.

La chabola ocupada por el matrimonio y sus hijos quedó completamente destruida, igual que otras dos contiguas, habitadas por otros miembros de la familia, en las que no hubo víctimas. Los habitantes de una de ellas estaban el sábado de viaje en Valladolid, y el matrimonio y un hijo que ocupaban la tercera pudieron salir sin problemas al escuchar los primeros gritos de alarma.

El matrimonio y los cuatro niños que salvaron la vida se encuentran en la planta cuarta del ala de traumatología de La Paz, en la unidad de quemados. Ayer no pudo conocerse su evolución, aunque sus familiares informaron que al menos la madre, Matilde Nieto Antón, de 34 años, y uno de los hijos, Dionisio, se encontraban en estado muy grave. Los otros tres hijos internados son Óscar, José Antonio y María Victoria. Una fuente del hospital afirmó que sólo la dirección del mismo podía facilitar noticias del estado de los heridos. Ayer no se pudo hablar con la dirección.

Se ignoran las causas que originaron el incendio. Los vecioos informaron que la calefacción de la chabola se reducía a una estufa de leña, por lo que se especula que alguna brasa pudo originar el incendio. Sin embargo, sus familiares, que ayer se encontraban en la sala de espera de La Paz, a la espera de noticias sobre su estado, dijeron que el matrimonio procuraba habitualmente apagar la estufa antes de retirarse a dormir.

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Otra niña muerta

El incendio podría haber comenzado también a consecuencia de un cortocircuito. Los chabolistas no tienen luz ni agua corriente y toman la energía eléctrica a base de enganches de una red de electricidad que pasa por el descampado. Enganches que en su mayoría están hechos de forma muy precaria, por no decir chapucera.Uno de los vecinos recuerda que una niña también de corta edad, prima de los niños muertos en el incendio, falleció hace tres años al tocar un cable que colgaba muy cerca del suelo. Otros vecinos muestran un poste de la luz, completamente carcomido por su base, sujeto sólo gracias a que se apoya en el ramaje de un árbol contiguo.

El incendio afectó también a un vehículo, un Seat 131, aparcado cerca de las chabolas. El depósito de gasolina explosionó y el coche quedó destruido por completo. El fuego pudo ser dominado a las 6.30, apenas dos horas después de su inicio.

Los vecinos se quejaron ayer por la ausencia de cualquier autoridad municipal, en particular por la del concejal presidente de la Junta Municipal de Fuencarral, el comunista Adolfo Pastor. Cuatro coches tanque, un coche bomba y un coche de mandos se encargaron de la extinción. También la Policía Municipal y la Policía Nacional desplazaron gran número de efectivos para colaborar en las tareas de rescate y traslado de los heridos.

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