EL DEBATE SOBRE LA ALIANZA ATLÁNTICA

Calvo Sotelo atribuye al PSOE "síntomas de pasión totalitaria"

El portavoz centrista y ex presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, se convirtió ayer, con sus irónicas referencias a la actuación de los socialistas, en la estrella de la segunda jornada del debate parlamentario sobre seguridad exterior, en el que criticó los "síntomas alarmantes de pasión totalitaria" que parecen aquejar, a su juicio, a los gobernantes del PSOE. La expectación se centró igualmente en el también ex presidente del Gobierno y actual presidente del CDS, Adolfo Suárez, quien mantuvo su ambigüedad acerca de si finalmente apoyará el sí a la Alianza Atlántica.

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El portavoz centrista y ex presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, se convirtió ayer, con sus irónicas referencias a la actuación de los socialistas, en la estrella de la segunda jornada del debate parlamentario sobre seguridad exterior, en el que criticó los "síntomas alarmantes de pasión totalitaria" que parecen aquejar, a su juicio, a los gobernantes del PSOE. La expectación se centró igualmente en el también ex presidente del Gobierno y actual presidente del CDS, Adolfo Suárez, quien mantuvo su ambigüedad acerca de si finalmente apoyará el sí a la Alianza Atlántica.

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Calvo Sotelo, en la primera intervención de la jornada -"hemos sido convocados de madrugada", se quejó el ex presidente del Gobierno, a las 9.30-, no sólo atacó los "síntomas de pasión totalitaria" de los socialistas. También les acusó por sus "perezosas entendederas" a la hora de "convertirse" a la verdad respecto a la Alianza; y por su "manera provinciana" de enfocar los problemas de política exterior.Igualmente, les acusó de "majadería" por hablar de reducción -"más contable que real"- de tropas americanas y por la "manía" de convocar el referéndum.

Para Calvo Sotelo, que derrochó en esta ocasión su mordacidad parlamentaria, es cierto que el decálogo del presidente Felipe González sobre política exterior tiene cosas buenas y nuevas. "Pero lo bueno no es nuevo, y lo nuevo no es bueno".

Imitación de De Gaulle

Acusó a González de propiciar una imitación "pobre" del general De Gaulle. (Apenas unas horas antes, en el Club Siglo XXI, Alfonso Osorio, vicepresidente de AP, había señalado que los socialistas participan del "reaccionarismo" gaullista). También le atacó achacándole hablar "para madres y novias de reclutas" a la hora de razonar la no pertenencia de España al mando militar integrado de la Alianza Atlántica.

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González pareció especialmente irritado ante las referencias de Calvo Sotelo sobre las "clases particulares" recibidas del ex canciller alemán y presidente de la Internacional Socialista, Willy Brandt: "Se trataría, en todo caso, de un aprendizaje bastante más sólido que el que hubiera tenido su señoría por estos pagos", dijo el presidente del Gobierno, en inequívoca referencia a la etapa franquista. González sugirió constantemente en su réplica, aunque sin decirlo expresamente, que la intervención de Calvo Soleto, "que pasa por ser un hombre inteligente", era idéntica a la realizada la jornada anterior por Manuel Fraga, y subrayó de manera bien explícita la falta de representatividad del Grupo Parlamentario Centrista.

El jefe del Gobierno mantuvo un contencioso con su antecesor en la Moncloa acerca de si, a la hora de negociar la adhesión a la OTAN, Calvo Sotelo hizo o no una reserva sobre el dominio de Gibraltar.

"Serias dudas"

La intervención de Adolfo Suárez dentro del tiempo asignado al Grupo Parlamentario Mixto evito contra lo que el día anterior había hecho su competidor por el espacio centrista Miquel Roca, cualquier referencia a las hemerotecas y a las contradicciones de los socialistas en el problema atlántico. El presidente del CDS, en una intervención corta y evitando entrar en una crítica de fondo a las posiciones gubernamentales, manifestó tener "serias dudas" sobre las ventajas que para España pueda brindar en estos momentos la permanencia en la OTAN. Pero, a continuación, admitió que las circunstancias internacionales e internas no son las de 1981, para asegurar que sus opiniones personales "no serán obstáculo para el consenso". Por tanto, dijo, "dejaré libertad a mis afiliados para que voten en conciencia".

"Yo también voy a dejar libertad de voto", le replicó González. "Resulta imposible controlar a la gente en el momento en que está ante las urnas". Para González, "lo decisivo es saber qué vota el responsable político de un partido". Pero esta clara invitación a pronunciarse no fue recogida por Suárez, quien alegó tener pendiente el II Congreso nacional del CDS, en el que se debatirá una postura ante la Alianza Atlántica. "Por tanto, no le puedo decir qué es lo que voy a votar, aunque supongo que usted lo sospecha", concluyó el ex presidente.

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