Cartas al director

Literatura plateresca

He tenido que leer cuatro veces el artículo de opinión firmado por Xavier Rubert de Ventós titulado Alianza Atlántica: por qué, para qué, del domingo 26 de enero, para poder salir de mi asombro, y aun así, no lo he conseguido. ¿Cómo se puede llegar a semejante dosis de literatura plateresca para justificar lo injustificable?Produce sorna, rubor y sonrojo la arbitraria manipulación del término nacionalismo en virtud de una pretendida modernidad, muy propia de los filósofos de turno. Uno ya empieza a estar harto de tanta comedia, tanto compromiso de cartón-piedra, tanta ambigüedad deliber...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

He tenido que leer cuatro veces el artículo de opinión firmado por Xavier Rubert de Ventós titulado Alianza Atlántica: por qué, para qué, del domingo 26 de enero, para poder salir de mi asombro, y aun así, no lo he conseguido. ¿Cómo se puede llegar a semejante dosis de literatura plateresca para justificar lo injustificable?Produce sorna, rubor y sonrojo la arbitraria manipulación del término nacionalismo en virtud de una pretendida modernidad, muy propia de los filósofos de turno. Uno ya empieza a estar harto de tanta comedia, tanto compromiso de cartón-piedra, tanta ambigüedad deliberadamente calculada. Es increíble cómo este intelectualillo a sueldo de partido se permite el lujo de coquetear con la muerte, jugando a un escondite preciosista.

Ante la pregunta "¿no es esta una opción atlantista dirigida a eliminar lo que es a un tiempo la mayor injusticia y el más peligroso foco desestabilizador en Europa?, tengo la osadía de responder: sí, rotundamente. Esta es una opción dirigida a aumentar la mayor injusticia y el más peligroso foco desestabilizador en Europa. Es bastante simple. Parece mentira que tantas horas de biblioteca y de reflexión filosófica lleven a un hombre a decir lo que Xavier Rubert de Ventós dice en esta disertación iluminista.

Había un viejo dicho popular en mi barrio que decía: "A la ropa, que hay poca". Vamos a cebarnos un poco más con los débiles. ¡Qué asco! -

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En