Eanes y los comunistas dejan solo a Soares

Mario Soares, candidato socialista a la presidencia de Portugal, busca a la desesperada en la izquierda los votos que necesita para derrotar el próximo 16 de febrero al conservador Diego Freitas do Amaral, quien concurre a esos comicios con un sereno aire de estadista. Fuentes del Partido Comunista Portugués (PCP) anunciaron ayer que el partido no pedirá el voto para ninguno de los dos candidatos, y el aún jefe de Estado, Antonio Ramalho Eanes, se ha desmarcado también del líder socialista, lo que convierte a Freitas en virtual presidente de Portugal.

"A pesar de los resultados de Freit...

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Mario Soares, candidato socialista a la presidencia de Portugal, busca a la desesperada en la izquierda los votos que necesita para derrotar el próximo 16 de febrero al conservador Diego Freitas do Amaral, quien concurre a esos comicios con un sereno aire de estadista. Fuentes del Partido Comunista Portugués (PCP) anunciaron ayer que el partido no pedirá el voto para ninguno de los dos candidatos, y el aún jefe de Estado, Antonio Ramalho Eanes, se ha desmarcado también del líder socialista, lo que convierte a Freitas en virtual presidente de Portugal.

"A pesar de los resultados de Freitas do Amaral, la izquierda sigue siendo ampliamente mayoritaria en el país", dice Soares. El líder socialista trata de agrupar en torno a sí al 54% de los votantes que no optaron el domingo por Freitas. Algo prácticamente imposible.El Comité Central del Partido Comunista tiene previsto celebrar hoy una reunión de la que han de salir las directrices para la elección de febrero. Fuentes del PCP adelantaron ayer que no se va a pedir el voto para ninguno de los candidatos. O Diario, órgano oficioso de los comunistas, emplea en su editorial unos términos que no dejan lugar a dudas: "La demagogia, la desvergüenza y el reaccionarismo de Mario Soares y la arrogancia fascistizante de Freitas do Amaral, y el estilo de ambos durante la campaña, anuncian tiempos muy difíciles para el pueblo portugués".

Después de esta declaración sobran los pronunciamientos de los otros candidatos. Francisco Salgado Zenha ha pedido el voto para su antiguo amigo y María Lourdes Pintasilgo ha anunciado que votará y que no lo hará por Freitas, pero sin reclamar a sus seguidores que apoyen a Soares.

El presidente Eanes, que en la primera vuelta optó públicamente por Zenha y a quien los socialistas exigen una nueva intervención política en favor de Soares, reconoció ayer su fracaso en esta aventura electoral. "Acepto humildemente la derrota, como humildemente acepté las muchas victorias que el pueblo portugués me quiso dar", manifestó durante un almuerzo con sus colaboradores en el palacio de Belén con motivo de haber cumplido 51 años el pasado sábado. Respecto a la petición socialista dijo: "Mi opción está clara desde el momento en que manifesté que Zenha reunía las condiciones para ocupar la presidencia de la República". Tales palabras suponen abandonar a su suerte a Soares. Eanes también aseguró que intervendrá en la vida política mientras crea que su presencia es necesaria. "Un revés electoral no me hará modificar mi posición", dijo. Es absolutamente improbable que vuelva a descender a la arena política para apoyar a un perdedor.

Freitas evita la radicalización

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Freitas, sorprendido por el alto porcentaje de votos logrado y ante las perspectivas de éxito, se permite el lujo de adoptar una postura más de estadista que de candidato partidista y evita al máximo una radicalización que iría en detrimento de sus muchas probabilidades. Pretende aunar tras él a todos los portugueses sin hacer "discriminación de hombres ni de ideologías".La segunda vuelta, dice, "no será un combate entre partidos o entre ideologías, sino un entre estabilidad e inestabilidad, entre estancamiento y progreso, entre crisis y bienestar, entre inmovilismo y las reformas necesarias para hacer avanzar a Portugal".

El candidato conservador, que ha logrado muchos más votos de los que le garantizaban el Centro Democrático Social y el Partido Socialdemócrata pretende realizar una segunda vuelta como la primera, "una campaña moderada, en tono positivo, sin ataques personales, sin radicalismos, que una a los portugueses".

Su programa apela al orgullo de ser portugués y llama a construir un "Portugal más moderno, más europeo, más justo y más fraterno". Palabras similares a las de Soares, quien además habla de tolerancia y progresismo.

El socialista, prácticamente aislado, enfrenta una importante barrera a sus posibilidades en su larga estancia al frente del Gobierno, ocasionalmente en situación para convertir en realidad las promesa que ahora hace en los mítines. Esta será la gran baza a explotar por Freitas. "Soares supone la democracia con crisis, con estancamiento; es incapaz de resolver las dificultades; ya ha tenido los dos tercios del Parlamento para realizar las reformas que ahora promete", dice el candidato conservador.

Mario Soares va a pagar en febrero las duras palabras vertidas contra los comunistas durante la campaña electoral. Estos y Eanes, a su vez, van a dejar que el dirigente socialista, con el que mantienen unas pésimas relaciones, se estrelle. No obstante, electores comunistas votarán a Soares el 16 de febrero, pero será un voto más contra Freitas que pro Soares.

El líder socialista no consiguió la victoria en ninguno de los 17 distritos (provincias) portugueses, algunos de ellos feudos tradicionales de su partido. Zenha triunfó en cuatro (Portalegre, Setúbal, Beja y Evora), en los que desplazó a su antiguo compañero de partido al tercer lugar. El PCP ha atribuido a la candidatura divisionista de Pintasilgo la derrota de su candidato en beneficio de Soares, un hombre que tranquiliza a una derecha exultante de moral al sentir que se acaba la travesía del desierto iniciada con la revolución de los claveles.

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