Israel y Siria, al borde de otra 'crisis de los misiles'

El derribo por Tel Aviv, el mes pasado, de dos aviones sirios y la consiguiente réplica de Damasco, desplegando cohetes tierra-aire a lo largo de su frontera con Libano, han colocado a ambas capitales al borde de una nueva crisis de los misiles, en la que Washington acaba de intervenir pidiendo a Siria que retire los cohetes. En respuesta, el periódico gubernamental Techrin afirmó ayer que Siria "no cederá al chantaje americanosionista", cualesquiera que sean las presiones ejercidas.A principios de semana, los medios de comunicación oficiales de Damasco confirmaron la instalacíón de estos...

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El derribo por Tel Aviv, el mes pasado, de dos aviones sirios y la consiguiente réplica de Damasco, desplegando cohetes tierra-aire a lo largo de su frontera con Libano, han colocado a ambas capitales al borde de una nueva crisis de los misiles, en la que Washington acaba de intervenir pidiendo a Siria que retire los cohetes. En respuesta, el periódico gubernamental Techrin afirmó ayer que Siria "no cederá al chantaje americanosionista", cualesquiera que sean las presiones ejercidas.A principios de semana, los medios de comunicación oficiales de Damasco confirmaron la instalacíón de estos misiles antiaéreos en el lado sírio de la frontera con Líbano, a lo que, según los diarios Al Baaz y Techrin, Israel no tiene derecho a oponerse. Los mismos rotativos insisten en el carácter defensivo de las armas desplegadas, dando así a entender que la decisión siria constituye una respuesta a la agresión israelí de noviembre.

Horas antes de que empezase en Ginebra la cumbre ReaganGorbachov, el 19 de noviembre, aviones F- 15 israelíes derribaron a dos Mig 23 sirios que intentaron interceptarlos. Los cazabombarderos del Estado judío, que efectúan a diario vuelos de reconocimiento sobre Líbano, donde también han atacado 13 veces este año bases palestinas, penetraron por error, o con el deseo de provocar, en el espacio aéreo sirio, justo antes de que se iniciara la histórica reunión en Suiza.

El régimen sirio reaccionó desplegando cohetes SAM-2, de fabricación soviética, capaces de alcanzar, en un radio de acción de 50 kilómetros, aviones que vuelen a una altitud media, aunque los expertos militares los consideran anticuados. Se llegó incluso a instalar durante unos días, según portavoces israelíes, varios modelos SAM-6 y SAM-8 en el trayecto que enlaza Beirut con Damasco.

La instalación de misiles puede dificultar las misiones de reconocimiento y los eventuales ataques de los cazabombarderos israelíes contra objetivos palestinos. Probablemente por ese motivo, Washington ha solicitado a Damasco que retire sus baterías antiaéreas de aquella zona, al tiempo que ha hecho a ambos países un llamamiento a la moderación.

Cuatro años atrás, ante un desplíegue de misiles SAM-5 por Siría, se produjo una primera crisis de los misiles que sólo fue zanjada con el bombardeo por sorpresa efectuado por los aviones israelíes, en los primeros días de la invasión de Líbano. La situación actual parece menos tensa. Mientras Siria ha insistido en que el despliegé de misiles es defensivo, el ministro de Defensa de Israel, Isaac Rabin, declaró el lunes que, pese a los problemas, su país "no desencadenará una guerra preventiva".

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