Las 'euroelecciones' tendrán un distrito único

El Gobierno pretende enviar a las Cortes, dentro del actual período de sesiones, el proyecto de ley que regulará las elecciones al Parlamento Europeo, según fuentes de la Administración. Los borradores que actualmente maneja el gabinete de la Presidencia prevén que estas elecciones -el Gobierno se comprometió a efectuarlas en 1986- se realicen mediante un sistema de distrito único para toda España. En los anteproyectos no se prevé la existencia de un distrito regional, contra lo reclamado por las minorías nacionalistas.

La comunicación enviada por el Gobierno a las Cortes con motivo de...

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El Gobierno pretende enviar a las Cortes, dentro del actual período de sesiones, el proyecto de ley que regulará las elecciones al Parlamento Europeo, según fuentes de la Administración. Los borradores que actualmente maneja el gabinete de la Presidencia prevén que estas elecciones -el Gobierno se comprometió a efectuarlas en 1986- se realicen mediante un sistema de distrito único para toda España. En los anteproyectos no se prevé la existencia de un distrito regional, contra lo reclamado por las minorías nacionalistas.

La comunicación enviada por el Gobierno a las Cortes con motivo del debate sobre el estado de la nación, que se realizará el próximo martes, se refiere a la próxima aprobación de la normativa reguladora de las elecciones al Parlamento Europeo, si bien no se fija una fecha concreta para su envío a las Cortes. Sin embargo, las fuentes consultadas insistieron en que este proyecto estará en las Cámaras antes de finales de año, para que su tramitación parlamentaria esté concluida en los primeros meses de 1986.Estas mismas fuentes señalaron que las elecciones para cubrir los 60 escaños correspondientes a España en el Parlamento Europeo se harán, "muy probablemente", coincidir con las generales.

Los borradores que actualmente se manejan para la elaboración del correspondiente anteproyecto de ley -que luego se intentará que sea consensuado con todos los grupos parlamentarios- establecen un sistema de distrito único, así como la necesidad de alcanzar un 5% del total nacional de votos para poder obtener un escaño.

Sin embargo, se admitirá probablemente la sugerencia de que, los partidos nacionalistas podrán obtener un escaño si contabilizan el 15% del total de los votos en la comunidad autónoma de que se trate, y sin necesidad de alcanzar el 5% nacional. Con ello se intenta que las minorías nacionalistas se adhieran también al consenso en tomo al futuro proyecto de ley. Por lo demás, se establecerá la incompatibilidad entre el escaño en el Parlamento Europeo y la condición de diputado o senador en las Cortes españolas.

El sistema de incompatibilidades políticas y profesionales previsto en la ley electoral general, ya en vigor desde este año, se extenderá también a los eurodiputados, lo que significa el abandono de la idea inicial, que preveía un sistema de incompatibilidad más benévolo para losaspirantes al Parlamento Europeo que para los parlamentarios en las Cortes españolas.

Durante el período que v!a desde la adhesión de España a la CEE (previsiblemente el 1 de enero) hasta la celebración de las elecciones (en junio u octubre, coincidiendo con las generales), los 60 escaños correspondientes a nuestro país en el Parlamento Europeo serán ocupados por parlamentarios de las Cortes generales, indistintamente diputados o senadores, que simultanearán ambas funciones. 35 puestos corresponderán al Grupo Socialista; 18, al Grupo Popular; dos (o tres), a la Minoría Catalana; uno, al Grupo Vasco; otro, a los centristas, y el resto, al Grupo Mixto.

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Ni socialistas ni populares parecen tener definitivamente decididos los nombres de sus eurodiputados provisionales, pero en ambos casos se ha advertido que éstos no tienen por qué repetir automáticamente y figurar en las listas de las primeras elecciones al Parlamento Europeo: "El paso que se dé el 1 de enero es casi un trámite de urgencia", comentó uno de los responsables del grupo parlamentario popular. Ello explica el escaso interés que la mayor parte de los parlamentarios muestra por acudir a Estrasburgo a partir del 1 de enero, pese al elevado sueldo y demás ventajas de ser eurodiputado.

Pocos nombres

"Ir en enero al Parlamento Europeo supone alejarse de la propia circunscripción y estar ausente de España en momentos de gran efervescencia política, cuando se preparan el referéndum y las elecciones andaluzas y las generales", comentó un diputado socialista, para quien estas desventajas sólo quedarían compensadas por la certeza de que se va a ir en las listas de eurodiputados en las próximas elecciones.Son muy pocos los nombres que hoy tienen esta certeza: Leopoldo Calvo Sotelo, que representará al grupo centrista en Estrasburgo en enero y a los populares (en calidad de independiente) después, es uno de ellos.

En cambio, Pío Cabanillas, hoy también en el grupo centrista, deberá renunciar muy probablemente a sus sueños de ser eurodiputado: el veterano político gallego no podrá, en virtud del sistema de, incompatibilidades que regirá las próximas elecciones legislativas, ser parlamentario en España, dada su condición simultánea de registrador de la propiedad. En la confianza de que las incompatibilidades para ser parlamentario europeo fuesen benignas, había llegado a un principio de acuerdo con el Grupo Popular para concurrir en sus listas de candidatos a eurodiputados en las elecciones correspondientes.

La intervención de Cabanillas para propiciar el pase de algunos políticos de Coalición Gallega en Orense a las filas de la Coalición Popular contribuyó no poco a ganarle ese puesto en las futuras eurolistas. Si Cabanillas pretende sentarse en Estrasburgo, deberá renunciar a su registro de la propiedad.

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