Congreso del PS francés

Acuerdo de pasillos

Mientras se pronunciaban los discursos en el foro central del congreso de Toulouse, en los pasillos proseguían las negociaciones entre Michel Rocard y el primer secretario del PS, Lionel Jospin, para la redacción de la moción de síntesis. Al parecer, Michel Rocard reclama para sus seguidores tres puestos importantes en la dirección del partido: las relaciones internacionales, el cargo de portavoz y un cierto control sobre la secretaría de organización.Los mitterrandistas no parecen dispuestos a conceder la voz del partido a un rocardiano, pero, aun así, prácticamente todo el mundo asegu...

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Mientras se pronunciaban los discursos en el foro central del congreso de Toulouse, en los pasillos proseguían las negociaciones entre Michel Rocard y el primer secretario del PS, Lionel Jospin, para la redacción de la moción de síntesis. Al parecer, Michel Rocard reclama para sus seguidores tres puestos importantes en la dirección del partido: las relaciones internacionales, el cargo de portavoz y un cierto control sobre la secretaría de organización.Los mitterrandistas no parecen dispuestos a conceder la voz del partido a un rocardiano, pero, aun así, prácticamente todo el mundo asegura que el acuerdo es ya un hecho.

Bases para el futuro

"Hemos puesto las bases para poder llevar a cabo después la reforma interna necesaria", aseguran los portavoces de Michel Rocard, "para que el Partido Socialista entre en un períoado de modernización en cuanto acabe el escrutinio de las legislativas".

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Los debates, que se clausurarán hoy domingo, habrán permitido al menos a los militantes socialistas recuperar un poco de la confianza que han perdido en los últimos meses. Nadie cree que pueda llegarse a un 30% o 40% de los votos, como sugería Laurent Fabius, pero sí que una fuerte movilización puede impedir un desastre completo y la pérdida del puesto de primer partido del país.

Para lograrlo, los delegados han preferido olvidar el escándalo Greenpeace -el ex ministro de Defensa, Charles Hernu, recibió una nutrida ovación- y unir filas. Las únicas auténticamente descontadas parecen ser las mujeres socialistas, indignadas por el anuncio de que muchas de ellas desaparecerán de las listas electorales o, al menos, de los puestos realmente elegibles.

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La ministra francesa para temas de la mujer, Yvette Roudy, acompañada por varias colegas, entregó a Lionel Jospin una protesta escrita y una advertencia: "Tenemos derecho al 20% de los escaños que logremos y no pensamos renunciar a ellos".

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