Cartas al director

Pago en metálico

Los hechos ocurrieron el día 31 de agosto de 1985, cuando estaba en Santander, adonde había llegado el día anterior en mi viaje de Burgos a Oviedo, la ciudad donde resido. Ese día 31 dejé mi coche mal aparcado y la grúa lo retiró.Hasta aquí nada que objetar. Me dirigí a recogerlo y a pagar la sanción correspondiente.

Sin embargo, a la hora de pagar vi que me quedaba lo justo y que si pagaba en ese momento no podría echar gasolina al coche, y no tenía suficiente para llegar a casa7, por lo que hice ver al funcionario que no podía pagar en metálico, que lo haría por un talón o de l...

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Los hechos ocurrieron el día 31 de agosto de 1985, cuando estaba en Santander, adonde había llegado el día anterior en mi viaje de Burgos a Oviedo, la ciudad donde resido. Ese día 31 dejé mi coche mal aparcado y la grúa lo retiró.Hasta aquí nada que objetar. Me dirigí a recogerlo y a pagar la sanción correspondiente.

Sin embargo, a la hora de pagar vi que me quedaba lo justo y que si pagaba en ese momento no podría echar gasolina al coche, y no tenía suficiente para llegar a casa7, por lo que hice ver al funcionario que no podía pagar en metálico, que lo haría por un talón o de la manera que él estimara conveniente (giro, etcétera). Me dijo que no. Le pedí entonces que me indicara con quién podía hablar para explicarle el tema y me dijo que no lo sabía. Le hice ver que era sábado por la tarde y que los bancos estaban cerrados, a lo que me contestó que eso a él no le importaba, que sí no pagaba en metálico no me llevaba el coche.

Intenté hacerle ver la situación en que me dejaba: iba con mi mujer y mis dos hijos y me parecía que no era lógico que por un aparcamiento indebido, además de multárseme, se me causara un grave perjuicio, ya que si no pagaba me tenía que quedar hasta el lunes, que abrían los bancos, y si pagaba no podía regresar, pues no podía echar gasolina al coche.

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Comoquiera que no había con quién razonar, pagué y me quedé sin dinero. Sólo puedo decir que llegué a casa sin tener que agradecerle nada a la Policía Municipal de Santander.

Hechos como éste me parecen cacicadas, pues queda claro que no se trata de cobrar las sanciones -yo estaba de acuerdo con pagarla-, sino que parece'que además de cobrar se pretende jorobar.

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