Los primeros escrutinios de las elecciones noruegas no ofrecen una mayoría clara

Las últimas extrapolaciones de los escrutinios de las elecciones noruegas, que concluyeron ayer, dan a la oposición socialista un escaño de ventaja sobre el Gobierno de coalición del primer ministro Kaare Willoch. Con la tercera parte de los votos contados, la televisión estatal hizo una previsión según la cual el Partido Laborista y sus aliados ganarían 79 de los 157 escaños del Parlamento. Sin embargo, Willoch se negó a reconocer su derrota.

"Prometimos en 1981 que volveríamos y estamos volviendo", manifestó en la madrugada de hoy la líder laborista Gro Harlem Brundtland. La jornada e...

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Las últimas extrapolaciones de los escrutinios de las elecciones noruegas, que concluyeron ayer, dan a la oposición socialista un escaño de ventaja sobre el Gobierno de coalición del primer ministro Kaare Willoch. Con la tercera parte de los votos contados, la televisión estatal hizo una previsión según la cual el Partido Laborista y sus aliados ganarían 79 de los 157 escaños del Parlamento. Sin embargo, Willoch se negó a reconocer su derrota.

"Prometimos en 1981 que volveríamos y estamos volviendo", manifestó en la madrugada de hoy la líder laborista Gro Harlem Brundtland. La jornada electoral se desarrolló con total normalidad y con una participación de votantes superior al 80%, favorecida por un muy agradable tiempo otoñal. La certeza de que la suma de votos de ambos bloques -los conservadores que gobiernan y la oposición socialista- iba a ser muy pareja frenaba cualquier optimismo anticipado ante el recuento de las primeras mesas.La coalición conservadora está encabezada por el Partido Conservador, el Popular Cristiano y el Partido del Centro. El bloque socialista está integrado por el Partido Laborista (socialdemócrata), el Socialista de Izquierda (socialista) e Izquierda (liberal).

Según los primeros escrutinios, el Partido Conservador del primer ministro Kare Willoch -el mayor de los partidos burgueses- mostraba un descenso de un 2% con relación a las elecciones de 1981, situándose en un 29,9% de los votos emitidos. El Partido Laborista de Gro Harbrundland había obtenido un 42,4% de los votos emitidos, lo que significaba una aumento de 4,2% sobre los comicios anteriores.

Los otros dos partidos de la coalición burguesa, el Popular Cristiano y el Centro, habían descendido en un 1% y 0,7%, respectivamente. El Partido del Progreso, denominado también el partido de los descontentos, con un porcentaje de 3,6%, mostraba un descenso con relación a la elección anterior, y perdería uno de los cuatro escaños que tiene actualmente en el Parlamento.

Las primeras previsiones realizadas por computadora habían dado a los socialistas una ganancia significativa de escaños, pero no suficiente para poder hacer frente a la probable unión de la coalición conservadora con el ultraderechista y xenófobo Partido del Progreso.

Sin embargo, los liberales, uno de los aliados tradicionales de los laboristas, podrían salirse del Parlamento por primera vez en sus 101 años de existencia al obtener tan sólo el 10% de los votos.

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