Israel bombardea por segunda vez la base en Líbano de un grupo prolibio

La fuerza aérea israelí bombardeó ayer por segunda vez en dos semanas una sede en Líbano de un grupo palestino prolibio. El ataque coincidió con el inicio de la octava visita oficial a Damasco del presidente libanés, Amín Gemayel, que se entrevistó por la tarde con su homólogo sirio Hafez el Asad.Dos cazabombarderos israelíes Phantom F-4, escoltados por otros cuatro aparatos, dispararon varios misiles aire-tierra y dejaron caer bombas que destruyeron un edificio de tres pisos en la llanura libanesa de la Bekaa, utilizado por el Frente Popular para la Liberación de Palestina-Mando General, grup...

La fuerza aérea israelí bombardeó ayer por segunda vez en dos semanas una sede en Líbano de un grupo palestino prolibio. El ataque coincidió con el inicio de la octava visita oficial a Damasco del presidente libanés, Amín Gemayel, que se entrevistó por la tarde con su homólogo sirio Hafez el Asad.Dos cazabombarderos israelíes Phantom F-4, escoltados por otros cuatro aparatos, dispararon varios misiles aire-tierra y dejaron caer bombas que destruyeron un edificio de tres pisos en la llanura libanesa de la Bekaa, utilizado por el Frente Popular para la Liberación de Palestina-Mando General, grupúsculo acaudillado por Ahmed Jibril.

Un portavoz de esa facción disidente de la OLP afirmó en Damasco que el objetivo israelí había sido previamente evacuado y que sólo un guardián resultó herido, resultado ligeramente superior al de la incursión aérea del 29 de julio, en la que no hubo ninguna víctima. Otras fuentes señalaron, no obstante, que perecieron al menos cuatro personas atrapadas entre los escombros.

Las baterías antiaéreas sirias en en valle de la Bekaa abrieron fuego contra los aviones, pero en Tel-Aviv un portavoz militar aseguró que todos los aparatos que participaron en el décimo bombardeo aéreo israelí desde principios de año habían vuelto a su base tras alcanzar su objetivo.

Con la reciente intensificación de sus ataques de dudosa eficacia militar, el Gobierno israelí pretende, según los observadores, apaciguar a su opinión pública, preocupada por el auge de la violencia política en los territorios de Cisjordania y Gaza y la multiplicación de las operaciones antiisraelíes en la franja que aún ocupa en el sur de Líbano y que, por primera vez desde el anuncio incumplido de retirada del territorio libanés, costaron la vida el lunes a dos de sus soldados.