"Las elecciones están muy lejos", asegura el jefe del Gobierno al defender el acuerdo España-CEE

El presidente del Gobierno, Felipe González, aseguró ayer que no había existido "apresuramiento ni electoralismo" en la negociación del tratado de adhesión de España a la CEE. "Las elecciones están muy lejos", dijo González en el Senado, una vez que el Pleno de esta Cámara aprobó definitivamente la ley orgánica que autoriza el ingreso. España saldrá del "aislamiento y del subdesarrollo" en el que ha vivido, dijo el presidente al citar algunas ventajas de la adhesión. Los portavoces del Grupo Popular insistieron en las "prisas" de la negociación y, por tanto, en las negativas consecuencias. La ...

El presidente del Gobierno, Felipe González, aseguró ayer que no había existido "apresuramiento ni electoralismo" en la negociación del tratado de adhesión de España a la CEE. "Las elecciones están muy lejos", dijo González en el Senado, una vez que el Pleno de esta Cámara aprobó definitivamente la ley orgánica que autoriza el ingreso. España saldrá del "aislamiento y del subdesarrollo" en el que ha vivido, dijo el presidente al citar algunas ventajas de la adhesión. Los portavoces del Grupo Popular insistieron en las "prisas" de la negociación y, por tanto, en las negativas consecuencias. La ley fue aprobada por unanimidad de la Cámara, con 212 votos.

Felipe González dedicó buena parte de su intervención a rebatir los argumentos críticos de los cinco ponentes del Grupo Popular que subieron a la tribuna de oradores. "La negociación en su conjunto ha resultado equilibrada y positiva, y lo mismo hay que decir respecto al resultado por capítulos", dijo González. "Las elecciones están aún lejos", prosiguió el presidente. No quiso dar importancia a la aseveración del senador popular Juan de Arespacochaga, queien exprsó "la calamidad" de que haya sido este Gobierno el que hubiera culminado el proceso. "Deploro que hayamos entrado en la CEE con los socialistas", afirmó el senador, que reiteró lo negativo de "las prisas" con las que se había actuado.Antes, Arespacochaga calificó de "indelicado" que el jefe del Ejecutivo hubiera destituido a Fernando Morán en la cartera de Exteriores sin que la ley hubiera sido plenamente ratificada. No cree este senador que haya que felicitar al Gobierno por haber actuado con "visión de Estado". Por el contrario, aseguró que las felicitaciones deben ir para la oposición, .que sí ha mantenido esta visión de Estado", dijo el portavoz de los populares en la Cámara alta.

Felipe González, se extendió, por el contrario, en felicitar a todos aquellos que han contribuido a que España haya ingresado en el club europeo, en una intervención que arrancó varias veces los aplausos de su grupo. González destacó las ventajas de pertenecer a la Comunidad en su doble vertiente política y económica. Respecto a la primera, aseguró que España va a salir del secular aislamiento y subdesarrollo a que se ha visto sometido involuntariamente. Aprovechó esta ocasión para decir que los socialistas -el senador Arespacochaga lo había puesto en duda- siempre han aspirado a esta adhesión, al vincularla con la recuperación de las libertades. "Si todos los que ahora se dicen europeístas lo hubieran hecho en los años sesenta, ya hubiéranos entrado en la Comunidad", afirmó Felipe González.

Comunidad canaria

El jefe del Ejecutivo mostró un evidente entusiasmo al defender la idea de una "Europa política", objetivo para el que España trabajará arduamente, según sus palabras.

Los portavoces de todos los grupos parlamentarios intervinieron para dejar constancia del momento histórico que suponía la ratificación de esta ley. Los senadores Ramón Sala (de Catalunya al Senat) y Carmelo Renobales (del PNV), mantuvieron un tono de exaltación europeísta, renunciando voluntariamente a exponer en ese acto lo que consideran dificultades para diversos sectores económicos, tras la adhesión. El punto más crítico, no a la firma, sino a la negociación y a sus consecuencias, lo pusieron los diferentes portavoces del Grupo Popular. El senador canario de este grupo Ángel Guimerá defendió una enmienda por la que prentendía que la ley incluyera un reconocimiento expreso de los derechos de la Comunidad Canaria en lo que se refiere a fiscalidad y régimen económico, reconocido en su estatuto.

El senador socialista Arturo Lizón rechazó esta enmienda al considerar que resulta ocioso que en cada ley se cite el respeto a los diversos estatutos y a la Constitución, porque ello se presupone. Asimismo, Lizón reprochó a Guimerá que no comprendiera que el ingreso de España en la CEE supone una voluntaria cesión de soberanía.

La no aceptación de esta enmienda provocó que el senador canario se ausentara de la sala en el momento de la votación. En otro turno de portavoces, el también popular Javier Rupérez defendió sin éxito otra enmienda del Grupo Popular que pedía la creación de una comisión en el Senado encargada de realizar el seguimiento del período interino de adhesión que se abre el próximo 1 de enero.

Aprovechó este senador su turno para hacer diversas consideraciones muy críticas con respecto al modo en que se había negociado el tratado, y puso en duda que el Gobierno se hubiera mantenido ajeno a posiciones de partido. El presidente del Senado, José Federico de Carvajal, llamó al orden a Rupérez, toda vez que entendió que se salía en su discurso de la mera defensa de esta enmienda.

Rupérez hizo una alabanza de la Alianza Atlántica y de la necesidad de que España permaneciera en la OTAN. Al ser llamado para que volviera "a la cuestión", Rupérez intentó relacionar este inciso con la creación de esta comisión. "Creo yo que la comisión que usted propone también querrá defender a Occidente", zanjó el tema De Carvajal.

Senadores canarios y gallegos del Grupo Mixto se quejaron en sus intervenciones del tratado discriminatorio que, según ellos, se había dado a sus comunidades en la negociación.

El presidente del Gobierno aseguró que "sectores importantes", sin citarlos, de ambas regiones le habían mostrado su satisfación por el acuerdo alcanzado para el ingreso en la Comunidad.

A pesar de las críticas, la votación arrojó un sí unánime -212 votos-, seguido de un cerrado aplauso, incluidos los de 10 ministros del Gobierno y del vicepresidente Alfonso Guerra.