Concluye el motín en la prisión de Málaga con el traslado de cinco presos a El Puerto de Santa María

A las 7.45 de ayer terminó el motín de la cárcel de Málaga, iniciado 19 horas antes, tras un intento de fuga frustrado en el que murió un policía nacional que recibió tres tiros en la cabeza. Los cinco reclusos amotinados liberaron a los rehenes y entregaron las armas tras la difusión por distintas emisoras de un comunicado oficial en el que se afirmaba que serán tratados conforme a la legislación vigente y grabar unas declaraciones para TVE que han sido requisadas por el juez Augusto Méndez de Lugo.

Los cinco presos que intentaron fugarse y luego se amotinaron son: José Antonio Mateos ...

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A las 7.45 de ayer terminó el motín de la cárcel de Málaga, iniciado 19 horas antes, tras un intento de fuga frustrado en el que murió un policía nacional que recibió tres tiros en la cabeza. Los cinco reclusos amotinados liberaron a los rehenes y entregaron las armas tras la difusión por distintas emisoras de un comunicado oficial en el que se afirmaba que serán tratados conforme a la legislación vigente y grabar unas declaraciones para TVE que han sido requisadas por el juez Augusto Méndez de Lugo.

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Los cinco presos que intentaron fugarse y luego se amotinaron son: José Antonio Mateos Jaime, Manuel Ramos Ramos, Francisco Javier Reber López, Joaquín Zamoro Durán, apodado el Vasco, y Francisco Ortiz Jiménez.Los amotinados fueron traslaados al penal de El Puerto de Santa María, al mismo tiempo que se celebraba el entierro del cabo primero muerto, Manuel Donaire Barrionuevo, con la asistencia de unas 1.500 personas.

Nada más resolverse el conflicto, funcionarios de la prisión malagueña iniciaron un exhaustivo registro en el interior del centro para, principalmente, localizar la pistola con la que un recluso disparó contra el policía nacional muerto. A la hora de entregar las armas, los amotinados presentaron sólo dos revólveres y una pistola, correspondientes a los agentes tomados como rehenes, sin que haya aparecido el arma que tenían previamente.

Aproximadamente a las tres, de la madrugada se fijaban las condiciones para conseguir la liberación de los dos guardias civiles, el policía nacional y el funcionario que continuaban como rehenes. En primer lugar, debía emitirse por radio -los amotinados tenían un transistor- un comunicado oficial que leyó el inspector general de instituciones Penitenciarias, Ángel Lara, en el que decía que prestarían declaración ante el juez y que serían tratados conforme a la legislación vigente, "como corresponde a un Estado de derecho".

La segunda condición fue la entrada de un equipo de Televisión Española para grabarles unas delaraciones que debían emitirse cuanto antes. La grabación se hizo en una sala anterior a la que se encontraban los rehenes. Intervinieron dos de los amotinados, Joaquín Zamoro Durán, el Vasco, y Francisco Ortiz Jiménez, que declararon que lo que había ocurrido era un accidente y que fue el propio policía el que se disparó. "No somos unos asesinos", dijo el Vasco ante la cámara, para extenderse después durante más de 15 minutos en relatar las pésimas condiciones de la cárcel malagueña. En un momento de la grabación, sacó el revólver que portaba y, colocándoselo en la sien, dijo: "Soy capaz de todo, hasta de pegarme un tiro ahora mismo y llevarme a 14 por delante". Inmediatamente después de que TVE abandonara la sala, el juez requisó la grabación, alegando en unó de los considerandos del auto dictado que "la visión pública de estas imágenes pudiera constituir una apología delictiva que acarrearía más riesgos que beneficios". Los miembros del equipo permanecieron durante más de una hora en el interior de la cárcel por orden del juez como medida de precaución para que no trascendiera el requisamiento y los amotinados pudieran enterarse de la decisión judicial.

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Cumplidas las condiciones, dos educadores de la prisión se ofrecieron como rehenes para intercambiarse por los agentes, trato que fue aceptado por los amotinados. A partir de ese momento, sin entregar las armas, bajaron uno a uno a prestar declaración ante el juez. Cerca de las ocho de la mañana, liberaron a los dos rehenes voluntarios y entregaron las armas, terminando así el motín. Minutos después apareció un funcionario del centro que permanecía escondido desde el día anterior.

Las autoridades no facilitaron ayer una versión oficial completa de lo ocurrido.

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