En busca de Coreper perdido

ENVIADO ESPECIAL"Hemos fabricado un gremlim", comentó ayer un funcionario comunitario refiriéndose a lo que otros llaman el monstruo: el conjunto de los textos que forman los instrumentos de adhesión. Y se reconoce que este ladrillo va a ser muy difícil y complicado de aplicar y gestionar. Este ladrillo era ayer la estrella de un charter especial. El Airbus, en el que viajan los 119 funcionarios próximos a esta larga negociación y algunos periodistas, de Bruselas, hizo escala en Luxemburgo en busca del Coreper perdido. El Comité de Representantes Permanentes ...

ENVIADO ESPECIAL"Hemos fabricado un gremlim", comentó ayer un funcionario comunitario refiriéndose a lo que otros llaman el monstruo: el conjunto de los textos que forman los instrumentos de adhesión. Y se reconoce que este ladrillo va a ser muy difícil y complicado de aplicar y gestionar. Este ladrillo era ayer la estrella de un charter especial. El Airbus, en el que viajan los 119 funcionarios próximos a esta larga negociación y algunos periodistas, de Bruselas, hizo escala en Luxemburgo en busca del Coreper perdido. El Comité de Representantes Permanentes se había reunido en esa ciudad para menesteres que nada tienen que ver con la adhesión.

Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea, y Giulio Andreotti, presidente del Consejo de Ministros en la CEE, viajaban a Lisboa en otra nave, pues habían tenido que asistir a la sesión del Parlamento Europeo en Estrasburgo. Lorenzo Natali viajó por separado. Pero en el charter especial estaban casi todos, incluido el llamado Grupo España de Técnicos, aunque no se encontraban los miembros de la misión española cerca de la CEE, que no habían sido invitados a la firma en Madrid, salvo el embajador, Gabriel Ferrán, y su segundo, Camilo Barcea.

Un gran ausente de la ceremonia de hoy será el presidente francés, François Mitterrand. Y según fuentes informadas, por dos razones: la primera es que de haber venido hubiera sido el único jefe de Estado de los diez presente. La otra razón es que la ampliación de la CEE es poco popular en Francia.