Un niño y un policía, muertos en un atentado en Pamplona

Un niño de 14 años y un policía nacional resultaron muertos a últimas horas de la noche de ayer, en pleno centro de Pamplona, al hacer explosión una bomba que iba dirigida contra una dotación del 091. Otros tres policías nacionales resultaron heridos de diversa consideración como consecuencia de este atentado, de cuya autoría nadie se había responsabilizado anoche, aunque en fuentes policiales se atribuía a la organización terrorista ETA Militar.

El niño muerto es Alfredo Aguirre Belascuáin, de 14 años, hijo de un empleado de banca y de una taquillera de un cine. El agente fallecido se ...

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Un niño de 14 años y un policía nacional resultaron muertos a últimas horas de la noche de ayer, en pleno centro de Pamplona, al hacer explosión una bomba que iba dirigida contra una dotación del 091. Otros tres policías nacionales resultaron heridos de diversa consideración como consecuencia de este atentado, de cuya autoría nadie se había responsabilizado anoche, aunque en fuentes policiales se atribuía a la organización terrorista ETA Militar.

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El niño muerto es Alfredo Aguirre Belascuáin, de 14 años, hijo de un empleado de banca y de una taquillera de un cine. El agente fallecido se llamaba Francisco Miguel Sánchez, de 32 años, casado y con dos hijos de corta edad. Este policía nacional había nacido en Villaverde del Río (Sevilla). Los otros tres agentes heridos en este atentado son Manuel Tello Barranco, Alfonso Quintá Expósito y Manuel Barrigas Villar.Los dos primeros, con heridas de carácter leve, han sido ya dados de alta, mientras que el tercero permanecía anoche ingresado en el hospital de Navarra. Su estado, según el parte médico facilitado en este centro sanitario, no revestía gravedad. El atentado terrorista se produjo después de que en la centralita policial del 091de Pamplona se recibiese hacia las 21.45 una llamada que avisaba de que una persona -parece ser que se indicó que era un drogadicto, aunque este extremo no fue confirmado- amenazaba con un arma blanca a los transeúntes en la calle de la Bajada de Javier.

Dos coches zeta de la Policía Nacional se trasladaron al lugar indicado. Cuando llegaban allí se produjo la explosión de la bomba. El artefacto fue accionado, según los primeros indicios, a distancia, y había sido colocado en una bolsa de basura junto a una farmacia.

Como consecuencia de la explosión de este artefacto, fue alcanzado de lleno el niño Alfredo Aguirre, quien resultó muerto en el acto. Alfredo Aguirre llegaba en esos momentos con su bicicleta y se disponía a entrar en el portal de su casa, situado junto a la farmacia. Igualmente, la onda expansiva alcanzó a los ocupantes de la dotación del 091. Francisco Miguel Sánchez falleció en el hospital de Navarra, minutos después, a consecuencia de las importantes heridas y mutilaciones que le causó la bomba. Los otros tres policías nacionales sufrieron heridas de diversa consideración.

También fue ingresada en el hospital de Navarra una mujer, Gloria Ruiz de Aguilera, de 69 años, que pasó por el lugar del atentado poco después de producirse la explosión y que sufrió un ataque de nervios.

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La bomba originó la rotura de los cristales de las viviendas próximas, así como de los vehículos aparcados en las inmediaciones. Al ser una calle muy estrecha, la onda expansiva provocó importantes daños en algunos de los pisos situados sobre la farmacia. A la hora en que se produjo este atentado la zona se encontraba muy concurrida, ya que a escasos metros se halla instalada la Feria del Libro.

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