RELIGIÓN

El Papa recomienda más silencio y menos propaganda a los franciscanos

"Tenéis que vivir más de silencio que de propaganda", les ha dicho el Papa a los 203 delegados llegados a Asís de todos los conventos franciscanos del mundo para celebrar el capítulo general de la orden y elegir al nuevo superior. Juan Pablo Il exhorta también a los representantes de los 20.180 hermanos menores franciscanos de todo el mundo para que su pobreza no se agote "en llamadas en favor de los pobres, aunque éstas sean evangélicamente justas y debidas". Y les invita a que eviten a toda costa que el concepto de fraternidad pueda dar lugar "a la instauración de una crisis funesta de autor...

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"Tenéis que vivir más de silencio que de propaganda", les ha dicho el Papa a los 203 delegados llegados a Asís de todos los conventos franciscanos del mundo para celebrar el capítulo general de la orden y elegir al nuevo superior. Juan Pablo Il exhorta también a los representantes de los 20.180 hermanos menores franciscanos de todo el mundo para que su pobreza no se agote "en llamadas en favor de los pobres, aunque éstas sean evangélicamente justas y debidas". Y les invita a que eviten a toda costa que el concepto de fraternidad pueda dar lugar "a la instauración de una crisis funesta de autoridad nunca separada de la crisis de obediencia".

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El mensaje del Papa lo ha llevado a Asís un delegado personal suyo, el obispo italiano franciscano Vincenzo Fagliolo. Es la primera vez en la historia moderna de los franciscanos que el Vaticano envia un delegado papal, con derecho a estar presente en todas las discusiones, a un capítulo general de la orden. Según los reglamentos, el superior general invita siempre al Papa para que mande un observador, pero los papas, en el pasado, nunca lo habían hecho.Juan Pablo II, sin embargo, ha aceptado esta vez la invitación y así podrá tener información directa de lo que pasará en el capítulo de los inquietos franciscanos. Porque como se sabe los hijos de san Francisco apoyan abiertamente a Leonardo Boff, teólogo de la liberación brasileño recientemente condenado por el Vaticano a un año de silencio. Boff es franciscano y cuando viene a Roma se hospeda en la casa generalicia de la orden, donde ha sido siempre sostenido hasta por el mismo superior general, el norteamericano John Vaughn.

Pacifistas

En los últimos años, los franciscanos se han distinguido en todo el mundo por su empeño a favor de los movimientos pacifistas, por sus declaraciones contra los armamentos y por la opción de posiciones en favor de los oprimidos. Han puesto también en marcha el llamado proyecto África, que supone toda una ingente organización de la orden a favor de las poblaciones africanas más indigentes. Y en Asís, últimamente, los franciscanos han estado en primera línea en todas las luchas callejeras a favor de la paz, muchas de las cuales organizadas por ellos mismos.Pero al papa Wojtyla tanta apertura y premura no le agradan. Ni le agrada la publicidad que los medios de comunicación social están dando últimamente a los hijos de san Francisco, muy apreciados por otra parte en este país. Como tampoco le gusta el progresismo del actual superior general, quien, fue aplaudido el miércoles pasado durante cinco minutos por el capítulo cuando presentó los resultados de la actividad de la orden en todo el mundo, que ha conseguido aumentar sus vocaciones, ya que cuentan en este momento con 721 novicios, mientras en 1973 eran sólo 400.

Temor a la influencia papal

Los trabajos del capítulo durarán hasta mitad de junio, pero el nuevo superior general deberá ser nombrado el 25 próximo. El temor de los franciscanos es que la presencia del delegado papal pueda de algún modo condicionar los trabajos del capítulo y las decisiones valientes que se disponía a tomar. Porque el delegado papal no es un obispo cualquiera. Es el nuevo secretario de la congregación de religiosos, canonista y recientemente nombrado por el Papa para dicho cargo. El presidente de dicha congregación ha sido nombrado también recientemente en la persona de Jerome Hamer, secretario del ex Santo Oficio.El Papa, en realidad, está preocupado con las aperturas de las grandes órdenes y congregaciones religiosas y quiere meterlas en cintura. Primero empezó con los jesuitas, siguió con los carmelitas y ahora les toca el turno a los franciscanos. El clima en Asís era ayer de una cierta tensión. Lo ha revelado el mismo delegado papal, que ha querido tranquilizar a los capitulares: "Que nadie piense que vengo aquí para vigilaros. El Papa me ha considerado vuestro amigo y sólo bajo este ángulo de vista estoy aquí con vosotros".

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