80 tóxicomanos reconstruyen una aldea abandonada, con la oposición de los pueblos vecinos

. Las estadísticas oficiales señalan que Oteruelo es una aldea abando nada de las muchas que van quedando en la sierra riojana. Sin embargo , 80 jóvenes (españoles, italianos y franceses) tratan de desengan charse definitivamente de la droga en una comunidad terapéutic creada allí por la fundación El Patriarca hace casi tres años y al mis mo tiempo reconstruyen las casas del pueblo que van comprando. La presencia de este grupo de toxicómanos, que fue acogida al principio con una mezcla de recelo y caridad en el valle del Ocón, suscita ahora una frontal oposición por parte de los habitantes de...

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. Las estadísticas oficiales señalan que Oteruelo es una aldea abando nada de las muchas que van quedando en la sierra riojana. Sin embargo , 80 jóvenes (españoles, italianos y franceses) tratan de desengan charse definitivamente de la droga en una comunidad terapéutic creada allí por la fundación El Patriarca hace casi tres años y al mis mo tiempo reconstruyen las casas del pueblo que van comprando. La presencia de este grupo de toxicómanos, que fue acogida al principio con una mezcla de recelo y caridad en el valle del Ocón, suscita ahora una frontal oposición por parte de los habitantes de las aldeas vecinas. De todos, menos de los comerciantes que abastecen al grupo.

A la cabeza de esta oposición se ha situado el alcalde de Los Molinos, cuyo Ayuntamiento agrupa a las seis aldeas vecinas en las que reside una población que no llega a los 400 habitantes. El alcalde, Joaquín Cestona, que se ha negado a explicar las causas de este enfrentamiento, únicamente ha señalado que no es sólo el alcalde el que se opone a la comunidad de Oteruelo, sino todo el Ayuntamiento, formado por siete concejales, todos ellos de Alianza Popular, y los vecinos del pueblo, que han presentado firmas en el Gobierno Civil para que se los lleven. Su mujer, presente en el intento de conversación, matiza, por su parte: "Estamos ya hartos de disgustos. Queremos echarlos de aquí. Que se vayan a sus pueblos o que los. tenga en su casa el gobernador, pero no queremos verlos por aquí".Para llegar a Oteruelo hay que desviarse de una carretera comarcal bien asfaltada y recorrer un kilómetro por un camino de piedras que parece preparado para probar la :resistencia de los coches. "Las máquinas de la comunidad autónoma", señala el responsable de la comunidad terapéutica, "iban a asfaltar también este tramo de la carretera, pero el alcalde mandó retirar las máquinas porque no tenían permiso".

El cerco a los jóvenes de OterueÍo por parte del Ayuntamiento es todavía mucho más estrecho. "No tenemos luz en el pueblo, a pesar de que hemos hecho la insta lación y la compañía eléctrica n ve ningún problema. Loque suce de es que el alcalde no permite que se coloquen en terrenos de Los Molinos de Ocón los tres o cuatro, postes necesarios para traet la luz desde el enganche". "Legalmente tendremos que esperar vario años para que expropien los terre nos, y mientras tanto tenemos que utilizar un grupo electrógeno algunas horas por la noche. Ya nos ha dicho que mientras él sea alcalde no habrá luz en 0teruelo", añaden los jóvenes.

El Ayuntamiento tampoco pare ce decidido a conceder el permiso para obras tan elementales como la red de saneamiento de aguas, que se ha realizado sin licenci ante el silencio oficial, o la cesió de pastos comunales para las ove jas del centro de rehabilitación Los 80 jóvenes que tratan de olvi darse de la heroína lejos de su me dio social y familiar, que no están censados en el municipio por el ca rácter rotatorio que tienen entr los distintos centros de El Patriarca, no existen a efectos legale para el Ayuntamiento.

El enfrentamiento

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Las causas de este enfirentamien son difíciles de explicar. "Yo pienso", ha señalado el responsable de Oteruelo, "que son más que nad problemas personales, porque el alcalde tiene una carnicería en la que comprábamos al principio, aunque más tarde dejamos de ir. Luego también le robaron el co che, y aunque se lo devolvieron intacto empezó a decir que todos los de aquí somos iguales, que nos de dicamos a robar".

El contacto entre las dos comu nídades es prácticamente nulo. La opinión de uno de los vecinos, que no ha querido manifestar su nombre y que reconoce el enfrentamiento sin apuntarse a ningún bando, es que "el mal viene desde el principio, ya que si querían buscar un sitio aislado de la gente Oteruelo no lo es. Han roto el esquema de relación y convivencia que había en el valle con otra forma de vida urbana. La gente pensaba al principio que serían pocos, de 15 a 20, pero ha llegado a haber más de cien chicos. Este valle antes era como una balsa de aceite. Su llegada ha causado el efecto de una piedra que produce ondas".

Mientras por el lado de los vecinos se les acusa hasta de llevar la sarna, los responsables del centro han señalado que si no fuera por ellos Oteruelo estaría ahora en ruinas y cubierto de zarzas, mientras que gracias a su trabajo se han reconstruido las casas y arreglado las calles. "Vanicis a seguir comprando las casas, aunque ahora hay gente que quiere aprovecharse y nos pide precios muy altos. No nos vamos a marchar".

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