Giro en la política económica

El rebrote inflacionista, culpable de la caída del consumo privado

El rebrote inflacionista que se presentó a partir del pasado mes de julio ha sido el principal causante de la depresión del consumo privado, según los expertos. La razón no obedece tanto a que el índice de precios al consumo (IPC) terminara el pasado año un punto por encima de lo pretendido (9%, frente al 8% de objetivo del Gobierno) como al perfil adoptado por las subidas de precios a lo largo del año, que deterioraron el poder adquisitivo en más del 11 %, tasa muy superior al aumento de los salarios y de otras rentas. El fenómeno se ha reproducido en los primeros meses del presente año.La pu...

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El rebrote inflacionista que se presentó a partir del pasado mes de julio ha sido el principal causante de la depresión del consumo privado, según los expertos. La razón no obedece tanto a que el índice de precios al consumo (IPC) terminara el pasado año un punto por encima de lo pretendido (9%, frente al 8% de objetivo del Gobierno) como al perfil adoptado por las subidas de precios a lo largo del año, que deterioraron el poder adquisitivo en más del 11 %, tasa muy superior al aumento de los salarios y de otras rentas. El fenómeno se ha reproducido en los primeros meses del presente año.La publicación del índice de precios al consumo del pasado mes de julio (subida del 1,7%) ya puso de manifiesto que, aunque la inflación no creciera tanto en meses sucesivos, la mayor pérdida de poder adquisivo de los salarios era ya prácticamente irreparable.

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Los consumidores, la mayoría de los cuales sólo ve aumentados sus ingresos al principio de año, tienen que pagar aumentos de precios que se van produciendo a lo largo de todo el año (es decir, en 12 meses). El año 1983 había terminado con una subida de precios del 12,2%, y esta tasa anual apenas bajó unos meses y volvió a subir a partir de julio, para luego reducirse bruscamente sólo en los últimos meses. Así se explica que las subidas de precios pagadas a lo largo del año fueran superiores al 11 %, aunque el aumento acumulado por el IPC en cada uno de los meses quedara en el 9% de diciembre. No porque los precios suban mucho durante once meses y luego bajen mucho más en el último dejan de deteriorar el poder adquisitivo, aunque el balance final sea de descenso.

Un fenómeno similar al registrado desde julio se ha repetido en los dos primeros meses del año, con subidas del 1,8% en el IPC de enero y del 0,8% en el de febrero. El Gobierno había fijado como objetivo para este año una inflación acumulada del 7%. Aunque esta previsión no ha sido oficialmente revisada, en medios económicos y hasta de la propia Administración se considera altamente improbable que la subida de precios se sitúe finalmente en esa cifra. Incluso se ha apuntado la posibilidad de que a finales de año sobrepase el 8%.

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