Los fetos humanos como materia prima

Hechos como la venta de fetos humanos como materia prima de la industria cosmética hacen sentir vergüenza, hasta el aborrecimiento, de pertenecer a la raza humana.Millares de fetos enlatados en formol esperan pacientemente el despiece para contribuir, con sus meninges y sus glándulas pituitarías, al embellecimiento del cutis femenino. Y la duda surge espontánea, ajena a toda polémica ya pasada: ¿está dicho todo acerca de la interrupción voluntaria de un embarazo?, ¿no es ese comercio de órganos un aldabonzado que llame a nuestra conciencia de hombres a reflexionar?

Una y definitiva es l...

Hechos como la venta de fetos humanos como materia prima de la industria cosmética hacen sentir vergüenza, hasta el aborrecimiento, de pertenecer a la raza humana.Millares de fetos enlatados en formol esperan pacientemente el despiece para contribuir, con sus meninges y sus glándulas pituitarías, al embellecimiento del cutis femenino. Y la duda surge espontánea, ajena a toda polémica ya pasada: ¿está dicho todo acerca de la interrupción voluntaria de un embarazo?, ¿no es ese comercio de órganos un aldabonzado que llame a nuestra conciencia de hombres a reflexionar?

Una y definitiva es la cuestión acerca del tema: ¿es o no individuo de la especie humana -persona aquello que se elimina en un proceso de interrupción voluntaria de un embarazo?. Si no lo es, se trata sin más de una intervención quirúrgica, y el escándalo a que nos venimos refiriendo no pasará de ser una cuestión de escrúpulos. Pero si lo es, estamos ante un caso claro de homicidio con el agravante de indefensión y el cont radictorio amparo de las leyes civiles. Responder a semejante pregunta, al menos desde el punto de vista científico, es una tarea ardua y desalentadóra: siempre habirá razones en uno y otro sentido para apoyar la postura elegida. No cabe, sin embargo, discusión a la existencia de la duda -ser o no persona- que nos ha de llevar a la respuesta.

De todas maneras, es bochornoso y denigrante que seres humanos utilicen a sus congéneres de forma tan rastrera para enriquecer sus bolsillos.- Jesús Montaner Casulla.