Cartas al director

Una cita de Alejo Carpentier

En mi colaboración Haendel, una música maravillosamente moderna, aparecida el pasado 24 de febrero en la página 45 de EL PAIS, observo, no sé si irritado o divertido, que el verbo joder ha sido respetado en la cita literal de Alejo Carpentier y sustituido en cambio, en mi alusión consecuente a esa misma cita, por incordiar -un giro familiar que suelo evitar por razones de estilo o porque, simplemente, me molesta.Me doy cuenta de que mi joder se habría salvado del retoque con un oportuno entrecomillado, dado que Carpentier puede -pudo- joder y yo...

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En mi colaboración Haendel, una música maravillosamente moderna, aparecida el pasado 24 de febrero en la página 45 de EL PAIS, observo, no sé si irritado o divertido, que el verbo joder ha sido respetado en la cita literal de Alejo Carpentier y sustituido en cambio, en mi alusión consecuente a esa misma cita, por incordiar -un giro familiar que suelo evitar por razones de estilo o porque, simplemente, me molesta.Me doy cuenta de que mi joder se habría salvado del retoque con un oportuno entrecomillado, dado que Carpentier puede -pudo- joder y yo sólo puedo incordiar. De donde parece desprenderse que en este país sólo sé permite, aún hoy, joder entre comillas: las comillas cumplen algo así como el papel del espejo que fue mediador obligado en los primeros desnudos del cine español.

En todo caso, el discreto encanto de la censura ha radicado sienfpre en sus sutilezas.- Joaquín Arnau.

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