Pujol insistió en investir este año a Felipe de Borbón como Príncipe de Gerona

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, insistió el pasado lunes ante el Rey, en el palacio de la Zarzuela, para que el príncipe Felipe fuera investido Príncipe de Gerona dentro de 1985, a pesar de tener la negativa previa de la Casa Real. Pujol había anunciado hace meses que Felipe de Borbón sería investido Príncipe de Gerona antes del próximo verano, especulándose que las fechas exactas dependían de las vacaciones del heredero real, que cursa estudios de COU en Canadá.

El secretario general de la Presidencia de la Generalitat, Lluís Prenafeta, se desplazó a Madrid unos días ante...

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El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, insistió el pasado lunes ante el Rey, en el palacio de la Zarzuela, para que el príncipe Felipe fuera investido Príncipe de Gerona dentro de 1985, a pesar de tener la negativa previa de la Casa Real. Pujol había anunciado hace meses que Felipe de Borbón sería investido Príncipe de Gerona antes del próximo verano, especulándose que las fechas exactas dependían de las vacaciones del heredero real, que cursa estudios de COU en Canadá.

El secretario general de la Presidencia de la Generalitat, Lluís Prenafeta, se desplazó a Madrid unos días antes que Pujol y ya recibió, en la Zarzuela, la negativa real a cualquier acto similar a una investidura o coronación del príncipe Felipe como Príncipe de Gerona para este año. El único acto bien visto por la Casa Real, de cara al futuro y claramente diferenciado del que proyectaba la Generalitat, sería una especie de homenaje a Felipe de Borbón semejante al celebrado en Oviedo y Covadonga en su calidad de Príncipe de Asturias, pero en cualquier caso no se podrá celebrar antes de que cumpla la mayoría de edad, el 30 de enero de 1986.Pujol ni siquiera obtuvo garantías de que un acto de este tipo se pueda celebrar en 1986, de ahí la fórmula ambigua utilizada en el comunicado difundido por la Generalitat tras la audiencia real. Según dicha nota, "( ... ) el acto se realizará más adelante, probablemente durante el año 1986". Por aquellas fechas, España vivirá en plena campaña electoral, por lo que no se debe descartar la posibilidad de que quede pospuesto para después de la primavera de 1987.

En este contexto se explica que la Generalitat mantuviera un total hermetismo sobre la visita de Jordi Pujol a la Zarzuela hasta el regreso a Barcelona del presidente de la Generalitat.

Hay varias razones que pueden haber motivado la negativa real a una investidura del príncipe Felipe tal como la pretendía la Generalitat. En primer lugar, el heredero de la Corona no fue investido formalmente Príncipe de Asturias, sino que en un acto de homenaje en Oviedo recogió este título, y variar esta filosofía para un título menos tradicional que el de Príncipe de Asturias podría generar numerosos problemas protocolarios.

En segundo lugar, el heredero de la Corona posee 24 títulos, la mayor parte de los cuales proceden de diversa comunidades autónomas. Iniciar una dinámica de actos de investidura por toda España se considera, sin duda, según las mismas fuentes, impensable. En este caso, además, existía el riesgo de provocar roces o quejas de diferente trato entre lo que se hiciera en Cataluña y lo de otros lugares. En último lugar, a la vista de las tensiones partidistas existentes en Cataluña, un acto de estas características podría desencadenar confrontaciones entre el Ayuntamiento de Gerona, ostentado por socialistas, y la Generalitat, que gobierna CiU, buscando protagonismos.

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