Día cultural de la esposa del ministro

Lidia Gromiko, la esposa del ministro de Asuntos Exteriores soviético, en visita oficial a Italia, se dedicó ayer a descubrir las bellezas de Roma. Visitó la basílica de San Pedro y asistió a un desfile de modas, mientras su marido celebraba los encuentros oficiales.El desfile de modas, de Laura Biagiotti, fue organizado por expresa petición de Andrei Gromiko. En San Pedroja señora Gromiko estuvo casi una hora. Llevaba un vestido de terciopelo gris y pañuelo rojo y le acompañaba la esposa del embajador de la Unión Soviética en Roma, Valentina Kunkow.

Un guía ruso explicó a la esposa del...

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Lidia Gromiko, la esposa del ministro de Asuntos Exteriores soviético, en visita oficial a Italia, se dedicó ayer a descubrir las bellezas de Roma. Visitó la basílica de San Pedro y asistió a un desfile de modas, mientras su marido celebraba los encuentros oficiales.El desfile de modas, de Laura Biagiotti, fue organizado por expresa petición de Andrei Gromiko. En San Pedroja señora Gromiko estuvo casi una hora. Llevaba un vestido de terciopelo gris y pañuelo rojo y le acompañaba la esposa del embajador de la Unión Soviética en Roma, Valentina Kunkow.

Un guía ruso explicó a la esposa del líder soviético los monumentos más destacados entre las joyas artísticas de la basílica, empezando por la Pietà de Miguel Ángel que desde que un maniaco la dañó con un martillo, está protegida por un cristal blindado.

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Visitó un monumento funerario obra de Canova, la capilla del Santísimo Sacramento y los restos mortales de Alejandro VII. Frente a la estatua de bronce de san Pedro, cuyo pie está desgastado por el roce de millones de besos recibidos de peregrinos y turistas de todo el mundo, la señora Gromiko no besó el pie del apóstol, pero tocó ligeramente con su mano derecha lo que para los católicos es casi una reliquia.

Lidia Gromiko se detuvo también ante el altar central, donde estaba celebrando una misa el arzobispo de Manila, cardenal Jaime Sin, un destacado opositor al presidente filipino Ferdinando Marcos.

El ministro Gromiko tuvo también una curiosidad artístico-cultural y pidió que le proyectaran en la Embajada la discutida película Claretta, de Pasquale Squitieri, sobre la amante de Mussolini, Clara Petacci, interpretada por Claudia Cardinale. El lunes se cansó de admirar monumentos romanos y dio por terminada la visita a las ruinas antes de tiempo.

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