Oppenheimer, Joe Dallet y España

En La poca importancia, de llamarse Oppenheimer (15 de febrero), Felipe Mellizo, al escribir sobre el físico nuclear J. Robert Oppenhelmer, el padre de la bomba, se refiere a su mujer, Katherine, como "viuda de un soldado de la brigada internacional Abraham Lincoln, muerto en la Ciudad Universitaria inadrileña". Quisiera precisar que Kitty Oppenheimer era la viuda de Joe Dallet, el primer comisario político del batallón canadiense Mackenzie-Papineau, de la XV Brigada Internacional, quien murió en acción en Fuentes de Ebro, en octubre de 1937. Dallet, un hijo de familia acomodada ...

En La poca importancia, de llamarse Oppenheimer (15 de febrero), Felipe Mellizo, al escribir sobre el físico nuclear J. Robert Oppenhelmer, el padre de la bomba, se refiere a su mujer, Katherine, como "viuda de un soldado de la brigada internacional Abraham Lincoln, muerto en la Ciudad Universitaria inadrileña". Quisiera precisar que Kitty Oppenheimer era la viuda de Joe Dallet, el primer comisario político del batallón canadiense Mackenzie-Papineau, de la XV Brigada Internacional, quien murió en acción en Fuentes de Ebro, en octubre de 1937. Dallet, un hijo de familia acomodada que rechazó este estilo de vida y buscó trabajo como estibador, empezó a ser conocido por su papel como organizador del primer sindicato estadounidense de trabajadores metalúrgicos.Dallet llegó a España en abril de 1937, después de pasar unas semanas en una cárcel francesa por intentar introducirse en nuestro país. En los pocos meses que estuvo aquí destacó por sus cualidades de líder, pero su leyenda ha crecido sobre todo después por los muchos errores publicados acerca de su persona. En Las brigadas internacionales de la guerra de España (Editorial Ariel, 197,4), Andreu Castells hace una referencia (p. 436) a los Rosenberg, condenados y finalmente ejecutados en EE UU por traición durante la caza de brujas animada por McCarthy, como "Julius y Ethel Rosenberg (esposa de Joe -Dallet, muerto en Aragón)".

Conscientes de que durante largos años se escondierop al pueblo español importantes hechos de su propia historia, ahora vale la pena no sólo empezar a recuperarla, sino también ponerla en orden y velar por su exactitud-