La catástrofe aérea de Bilbao

La reina Sofía asiste al funeral por las víctimas

Luis María Larrea, obispo de Bilbao, ofició ayer el funeral por las víctimas del accidente aéreo de Sondica, hecho que calificó como la "catástrofe involuntaria más cruenta que se recuerda en toda la historia del País Vasco". El funeral por las víctimas se celebró por la tarde en la basílica de Begoña, de Bilbao. Asistió, entre otras personalidades, la reina Sofía, que fue recibida en el aeropuerto de Sondica por el lendakari, José Antonio Ardanza, quien también acudió a la ceremonia. Asimismo, estuvo presente el ministro de Transportes, Enrique Barón.

J. J. E. ENVIADO ESPECIAL, En su h...

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Luis María Larrea, obispo de Bilbao, ofició ayer el funeral por las víctimas del accidente aéreo de Sondica, hecho que calificó como la "catástrofe involuntaria más cruenta que se recuerda en toda la historia del País Vasco". El funeral por las víctimas se celebró por la tarde en la basílica de Begoña, de Bilbao. Asistió, entre otras personalidades, la reina Sofía, que fue recibida en el aeropuerto de Sondica por el lendakari, José Antonio Ardanza, quien también acudió a la ceremonia. Asimismo, estuvo presente el ministro de Transportes, Enrique Barón.

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J. J. E. ENVIADO ESPECIAL, En su homilía, el obispo de Bilbao comparó el accidente aéreo del pasado miércoles en el monte Oiz con la explosión en el centro escolar de Ortuella (ocurrida en octubre de 1980, con un resultado de 53 personas muertas, 50 de ellas niños) y las inundaciones que sufrió el País Vasco hace año y medio (que causaron la muerte de 44 personas)."Todo hombre debe sentirse interpelado por estas catástrofes y estimulado a esforzarse seriamente para que tales hechos no se produzcan o para que se produzcan menos frecuentemente o con menos perjuicios", añadió Luis María Larrea.

"Hay que seguir avanzando por el camino de las previsiones, de las garantías y de la seguridad", subrayó el obispo de Bilbao.

Por último, Luis María Larrea leyó un telegrama del cardenal Casaroli, secretario de Estado del Vaticano, en donde se expresaba la "íntima cercanía" del papa Juan Pablo II "a todas las familias sumidas en el dolor". El telegrama, fechado el miércoles, manifiesta que Juan Pablo Il "ha recibido con inmensa pena la noticia del accidente aéreo en que han perecido tan numerosas víctimas en una zona cercana a la ciudad de Bilbao".

Al funeral asistió la Reina, acompañada de personal de la Casa Real; fue aplaudida tanto a la entrada como a la salida de la basílica.

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Nerviosismo de los familiares

También asistieron al acto Ramón Jáuregui, delegado del Gobierno en el País Vasco, y Juan José Pujana, presidente del Parlamento autónomo vasco. Por su parte, Enrique Barón, ministro de Transportes, Turismo y Telecomunicaciones, se negó a hacer declaraciones, argumentando que se trataba de un funeral. Por la mañana Barón había sido interpelado en el Congreso de los Diputados sobre la política de su departamento. Al inicio del acto religioso hubo momentos de nerviosismo por parte de familiares de las víctimas. Uno de ellos gritó en la basílica: "Los fámiliares de los muertos, ¿dónde nos sentamos?", lo que fue coreado con un "muy bien dicho".

Algunos familiares irrumpieron en esos momentos en los bancos reservados a personalidades, tomando asiento en ellos y no retirándose, pese a las indicaciones del personal del servicio de Protección Civil.

Ricardo García Damborenea, secretario general del PSOE de Vizcaya, declaró ayer, al finalizar el funeral,que "el accidente aéreo no es responsabilidad del ministro de Transportes". En respuesta a la pregunta de si consideraba necesaria la dimisión de Enrique Barón, señaló: "No veo relación entre un accidente y la dimisión de un ministro".

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