Cartas al director

Las 'chachas' y la explotación

Me dirijo a usted para que publique en el espacio de Cartas al director algo nuevo: la problemática de las empleadas de hogar, o sea, chachas, que, para no engañarnos, es su nombre propio. Somos dos millones de trabajadoras que nos ganamos la vida siendo el cubo de la basura de la típica familia burguesa o del joven matrimonio en el que ambos trabajan y llevar a los niños a la guardería les resulta excesivamente caro e incómodo, si lo comparan con tener una chacha, que aparte de cuidar los niños les lava la ropa, les limpia los zapatos y les hace la comida, teniéndola a su...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Me dirijo a usted para que publique en el espacio de Cartas al director algo nuevo: la problemática de las empleadas de hogar, o sea, chachas, que, para no engañarnos, es su nombre propio. Somos dos millones de trabajadoras que nos ganamos la vida siendo el cubo de la basura de la típica familia burguesa o del joven matrimonio en el que ambos trabajan y llevar a los niños a la guardería les resulta excesivamente caro e incómodo, si lo comparan con tener una chacha, que aparte de cuidar los niños les lava la ropa, les limpia los zapatos y les hace la comida, teniéndola a su disposición para lo que haga falta durante 10 o 12 horas diarias, o incluso por la noche y días festivos, por si los señores quieren salir a tomar unas copas, ir al teatro, etcétera. Y todo esto por el miserable salario que no suele pasar de 15.000 pesetas; esto no es ni la mitad del salario mínimo y no llega a ser la décima parte de sus salarios juntos; muchas no tenemos seguros sociales, y las que sí los tenemos no nos da más derecho que a la asistencia médica; no tenemos seguro de desempleo, ni prestaciones por baja de enfermedad hasta pasados 29 días; tampoco tenemos nada establecido. respecto a pagas extras, vacaciones ni condiciones de trabajo; el despido es totalmente libre.Como ya he dicho, las personas de las que dependemos en muchos casos son de la clase trabajadora, demócratas y liberales, y luchan por sus derechos en sus puestos de trabajo; ellas, aparte de todo esto, defienden sus derechos en la sociedad como mujeres y trabajadoras; por supuesto, son feministas y ven injusticias por todas partes, pero no reconocen, porque no les conviene, la que está delante de sus narices y de la que ellos son directos culpables. Pueden abusar, puesto que no tenemos ninguna regulación, y ante la situación de paro que hay lo único que podemos hacer es callar nuestra ira, para que ellos puedan seguir presumiendo cuando dicen delante de sus amistades "la chacha", y, claro, cómo no se van a permitir ese lujo si somos tan baratas y tan sumisas; porque no te atreves a dar muestras de disconformidad, pues te ponen en la calle en el momento que quieran. Es una auténtica vergüenza que un sector laboral tan grande y con una importancia absoluta en la sociedad actual (porque no olvidemos que gracias a nosotras pueden funcionar bien otros colectivos) seamos tan gravemente discriminadas.

Es humillante pensar que hoy, en 1984, en un país democrático y con un Gobierno socialista, sigamos como en la época de la esclavitud. Espero que el Gobierno no siga pasando de este problema, que para nosotras es grave e injusto, y, regule de una vez por todas el servicio doméstico en España.-

Colectivo de Empleadas de Hogar de CC OO. .

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En