La OTAN aprueba un nuevo sistema defensivo ante un hipotético ataque del Pacto de Varsovia

La OTAN, tras varios años de debates, aprobó ayer el desarrollo de una nueva táctica defensiva, que consistirá en contraatacar, ante un eventual ataque del Pacto de Varsovia, con nuevos medios a las fuerzas enemigas de la segunda oleada y utilizar las estructuras normales de defensa contra la primera línea.

Se trata así de hacer uso de los últimos desarrollos tecnológicos para frenar un ataque enemigo, no sólo, o no tanto, en en el frente, sino contra las fuerzas que llegan inmediatamente después, llamadas de segundo escalón. Es el primer gran cambio táctico en la OTAN desde 1968...

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La OTAN, tras varios años de debates, aprobó ayer el desarrollo de una nueva táctica defensiva, que consistirá en contraatacar, ante un eventual ataque del Pacto de Varsovia, con nuevos medios a las fuerzas enemigas de la segunda oleada y utilizar las estructuras normales de defensa contra la primera línea.

Se trata así de hacer uso de los últimos desarrollos tecnológicos para frenar un ataque enemigo, no sólo, o no tanto, en en el frente, sino contra las fuerzas que llegan inmediatamente después, llamadas de segundo escalón. Es el primer gran cambio táctico en la OTAN desde 1968.Los embajadores de los países miembros del Comité de Planes de Defensa (todos, salvo Francia e Islandia), que se reunirá a nivel ministerial en la primera semana de diciembre, acordaron ayer elevar a sus superiores un texto sobre las líneas maestras de esta doctrina que lleva las siglas FOFA (Follow-On Forces Attack). No supone sin embargo, un cambio de la estrategia de la defensa adelantada ni de la respuesta flexible adoptadas tiempo atrás por la OTAN. La reunión ministerial confirmará estas nuevas directrices, cuyo punto de partida es el refuerzo de la defensa convencional de la OTAN. A estas alturas sólo se esbozan los medios humanos y técnicos necesarios para este plan, para cuyo desarrollo se dará un mandato a los principales mandos militares de la OTAN y a los Estados Mayores de los países miembros.

Fue el comandante supremo aliado en Europa, el general norteamericano Bernard Rogers, el que tomó la iniciativa de esta propuesta en 1980. De hecho, el Ejército norteamericano, con su doctrina tierra-aire, viene aplicando un concepto similar en sus actividades mundiales desde 1983. En Europa, se trata de utilizar nuevos medios -como radares con visión en mayor profundidad, misiles y aviones sin pilotos- para destruir la segunda oleada enemiga. Aún tiene que concretarse. Pues un país como la RFA, en primera línea, teme que lleve a la OTAN, en caso de conflicto, a ceder terreno -naturalmente, alemán- para ganar tiempo, mientras, a la vez, ataca al segundo escalón de las fuerzas del Pacto de Varsovia, y otros países están recelosos de que la nueva táctica lleve a aumentar los gastos de la defensa y a comprar más medios de tecnología avanzada a EE UU.

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