Un ex guardia civil ingresa en prisión por insulto a las Fuerzas Armadas

El ex guardia civil Esteban Castro Egozcue, de 26 años, superviviente del atentado perpetrado por los Comandos Autónomos en la oficina de Correos de Pamplona el pasado año, en el que resultaron muertos dos de sus compañeros, ingresó ayer en la prisión militar de Alcalá de Henares para cumplir la pena de 10 meses de cárcel que le fue impuesta en un consejo de guerra por insultos a un superior y a las Fuerzas Armadas. Esteban Castro se encontraba en libertad provisional desde septiembre del pasado año, tras permanecer internado durante tres meses en las prisiones de Pamplona y Logroño.
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El ex guardia civil Esteban Castro Egozcue, de 26 años, superviviente del atentado perpetrado por los Comandos Autónomos en la oficina de Correos de Pamplona el pasado año, en el que resultaron muertos dos de sus compañeros, ingresó ayer en la prisión militar de Alcalá de Henares para cumplir la pena de 10 meses de cárcel que le fue impuesta en un consejo de guerra por insultos a un superior y a las Fuerzas Armadas. Esteban Castro se encontraba en libertad provisional desde septiembre del pasado año, tras permanecer internado durante tres meses en las prisiones de Pamplona y Logroño.

La vuelta de este ex guardia civil a la cárcel, donde deberá permanecer durante siete meses, se ha producido al ratificar el capitán general de la VI Región Militar, Juan Vicente Izquierdo, la sentencia del consejo de guerra celebrado en mayo pasado en el acuartelamiento de Ainzoain en Pamplona, en el que se condenó a Esteban Castro a 10 meses de prisión.

Minutos antes de producirse el atentado de Correos, Esteban Castro había dejado el vestíbulo del edificio donde se encontraba, para dirigirse hacia el cuarto de vigilancia. Dos individuos entraron en la oficina postal y abrieron fuego contra los dos guardias civiles que se hallaban en el vestíbulo. Cuando Esteban Castro salió del cuarto de vigilancia y observó los cuerpos de sus compañeros sufrió un ataque de nervios.

Poco después y cuando se dirigía a su domicilio, Esteban Castro sospechó que le seguía un vehículo en el que viajaban, al parecer, miembros del servicio de información de la Guardia Civil. El joven, muy nervioso y excitado, regresó a Pamplona y se dirigió a la comandancia de la Guardia Civil para solicitar de sus superiores una explicación de lo ocurrido. Allí insultó a varias personas, por lo que fue trasladado al calabozo y días después, solicitó la baja en el cuerpo.

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