Reagan ha dado al Pentágono un cheque en blanco

"Tenemos que cerrar nuestra ventana de vulnerabilidad frente a la Unión Soviética", afirmó Ronald Reagan nada más llegar a la Casa Blanca, al tiempo que presentaba propuestas para un incremento del presupuesto de Defensa y reavivaba una serie de proyectos de nuevas armas rechazados por la anterior Administración demócrata del presidente James Carter.A lo largo de sus cuatro años de presidencia, Reagan ha fortalecido el potencial de defensa del país, tanto en armas convencionales como en armas estratégicas. El Alto Estado Mayor del Pentágono ha aumentado su influencia política y ha estada prese...

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"Tenemos que cerrar nuestra ventana de vulnerabilidad frente a la Unión Soviética", afirmó Ronald Reagan nada más llegar a la Casa Blanca, al tiempo que presentaba propuestas para un incremento del presupuesto de Defensa y reavivaba una serie de proyectos de nuevas armas rechazados por la anterior Administración demócrata del presidente James Carter.A lo largo de sus cuatro años de presidencia, Reagan ha fortalecido el potencial de defensa del país, tanto en armas convencionales como en armas estratégicas. El Alto Estado Mayor del Pentágono ha aumentado su influencia política y ha estada presente, con frecuencia creciente, en las reuniones en la Casa Blanca del Consejo Nacional de Seguridad. El presidente ha logrado borrar, en definitiva, el trauma que la guerra de Vietríam dejó en los militares y en la opinión pública. "La moral de nuestros militares hoy es más alta que nunca", dijo Reagan, como conclusión, en el curso del primer debate televisado con su, oponente demócrata, Walter Mondale.

La Administración Reagran se ha lanzado en estoscuatro años a un plan de espectacular modernización, con un presupuesto anual para la defensa que roza los 300.000 millones de dólares (unos 52 billones de pesetas) y que incluye programas para la fabricación de nuevos misiles intercontinentales MX (cada uno equipado con 10 ojivas rucleares), superbombarderos B-1, submarinos nucleares Trident y planes para armas espaciales dignas de una futura guerra de las galaxias. El incremento medio del presupuesto militar de EEUU bajo la Administración Reagan ha sido del orden del 10% al 12%, y representa casi un tercio del presupuesto total.

Bajo la Administración Reagan los militares han centado casi con un cheque en blanco para todo lo que han pedido. Hasta tal punto ha sido así que la Prensa estadounidense ha podido llegar a la ironía sobre el derroche con ayuda de algunos ejemplos anecdóticos, corno el de los equipos de tres aviones de transporte C-5A, que cuentan con una instalación de máquinas capaces de preparar cafés bajo las más estrictas situaciones de despresurización. Precio de cada cafetera: 7.063 dólares (más de 1.200.000 pesetas). Anecdótico en comparación con el coste de las avanzadas armas de guerra pero significativo en cuanto el clima de euforia presupuestaria con que vive el Pentágono.

"No podemos contar con una defensa sólida cuando nos gastamos 7.000 dólares en cafeteras", dijo recientemente Walter Mondale. "Ni tampoco", añadió, "cuando ignoramos el papel de las negociaciones sobre control de armas o gastamos miles de millones en armamento que no sirve". Mondale, que se opone a la fabricación de los misiles MX y del superbombardero B-1, promete en su campaña que una futura Administración demócrata moderará (lo cual no equivale exactamente a reducir) el presupuesto para la defensa, como medida para evitar los despilfarros y como política para reducir el déficit norteamericano.

Un programa, el demócrata, que Reagan considera que "colocaría en peligro la seguridad de nuestra nación. Porque un programa liberal demócrata rompería nuestras defensas, mermaría nuestra seguridad y vendería la causa de la libertad en Latinoamérica", según manifestó en un discurso pronunciado el pasado lunes en Greenvílle (Carolina del Sur).

Los estrategas de Reagan recuerdan con frecuencia a la Prensa que durante sus 12 años de presencia en el Senado Walter mondale votó en contra de los programas militares que abogaban por los cazas F-14, los misiles Minuteman, los submarinos nucleares Poseidon, el avión superbombardero B-1 y el sistema de misiles antibalísticos. Todo un balance antirnílitarista en la carrera de un Walter Mondale, considerado excesivamente liberal entre las filas de los republicanos y probablemente en los despachos del Pentágono y las multinacionales del armamento.

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Contactos con Moscú

En el nivel ideológico, Reagan ataca a Mondale de haber olvidado, de su época en que era vicepresidente en la Administración Carter, que "los soviéticos invadieron Afganistán", mientras que la Administración Reagan realizó "una operación de rescate" en la isla caribeña de Granada. Por último, en la polémica electoralista creada en torno a los asuntos militares, Mondale ataca a Reagan alegando que es el primer presidente de EE UU en la época moderna que no ha tenido ningún contacto a alto nivel con sus equivalentes en el Kremlin, argumento al que Reagan replica señalando que a las repetidas ofertas del diálogo presentadas por Washington, los soviéticos han contestado con negativas.Afirma también el actual presidente que una segunda Administración Reagan será más flexible y dialogará con Moscú. Prueba de ello es la reciente entrevista en la Casa Blanca entre Reagan y el ministro soviético de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, celebrada a pesar de la situación de ruptura en que se encuentran las negociaciones para una reducción y control de armamentos nucleares entre EE UU y la URSS, desde últimos de 1983.

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